La reciente crisis sanitaria ha puesto a prueba la fortaleza y funcionamiento de las Pequeñas y Medianas Industrias (pymes), especialmente las de menor dimensión en cuanto a su personal y core business (segmento o ámbito profesional de mayor importancia para la empresa) se refiere. Los cierres físicos, la falta de digitalización, pero sobre todo la descapitalización inmediata y la desorganización financiera se han sumado a los riesgos inherentes del sector comercial, detonando crisis y deudas importantes.


Mantener una liquidez sana y adecuada es la base de una alfabetización financiera, al interior de las pymes frente a la contingencia. Para así prevenir y corregir los escenarios adversos, en donde el flujo de efectivo (Cash Flow) deficiente se transforma en dolorosos problemas de solvencia, lo que eventualmente puede llevarnos incluso a cerrar un negocio. Muchas pymes se encuentran en riesgo financiero actualmente, en donde mantener un flujo de efectivo estable y ordenado ha sido la “pequeña gran diferencia”, entre los que pueden dar el siguiente paso y los que están obligados a “bajar la santamaría”.


Como parte de esa alfabetización financiera en torno al Cash Flow, si bien la complejidad de los tiempos pone diversos elementos externos sobre la mesa: los cierres y las medidas de aislamiento, el desarrollo mismo de la pandemia y la evidente baja del poder adquisitivo; la solidez del flujo se apoya en pilares sólidos. Equilibrio, orden y control son la base para la pronta recuperación y robustecimiento de la competitividad para salir adelante.


Prácticas, herramientas y oportunidades


Diversos expertos y analistas financieros apuntan al uso de herramientas digitales seguras y confiables, como uno de los mecanismos más eficientes de planificación y operación ante los escenarios adversos. Asimismo, hay acciones y prácticas claras que estimulan un escenario financiero mucho más equilibrado, saludable y propicio. Toma nota:


1- Entender oportunamente la salud del negocio. Es vital ubicar a tiempo las áreas de riesgo para plantear posibles escenarios y estrategias, y así reducir al máximo posibles afectaciones.


2- Aprovechar ingresos de forma inteligente. Si no se pueden incrementar los ingresos en lo inmediato, la clave es centrarse en maximizar los que ya se tienen. Busca diagnosticar qué ingresos son más consistentes y en qué deben destinarse.


3- Ajuste de egresos. Las plataformas integrales de administración financiera permiten ver los egresos, que ya no representan una inversión sino un gasto. Para así, fijar nuevas prioridades y buscar el mejor momento de hacer pagos sin que esto implique una pérdida.


cuentas-cambiar-habitos


4- Probar escenarios. Tener visibilidad y entendimiento de los distintos escenarios del flujo de efectivo es crucial, para poder escoger los momentos de pagos o inversiones.


5- Garantizar la anticipación. Prever el futuro del negocio para cambiar de dirección a tiempo es una ventaja mayor. Aplicar un plan B o C con base en decisiones informadas y analizadas nos brinda un campo de acción amplio y benéfico.


Los escenarios adversos, pese a ser complejos y apremiantes permiten en ocasiones que las oportunidades se aprovechen y asimilen con mayor rapidez. Al tener un panorama claro y certero sobre el historial de ingresos y egresos, así como proyectar futuros escenarios posibles; los negocios pueden recuperarse mucho más rápido de los impactos ocasionados por el COVID-19, anticipándose a otras situaciones de riesgo, ahorrando valioso tiempo y recursos en el camino.





Actualidad Laboral / Con información de Forbes México


Imagen portada cortesía Fiscalidad para Dummies