Planificar para el retiro es algo que frecuentemente toma a la gente por sorpresa. Es similar al cuidado de la salud o a contratar una póliza de seguro de vida. No está en nuestra naturaleza pensar en temas a tan largo plazo, porque los consideramos extemporáneos.

“Nunca es tarde para planificar su futuro financiero. No obstante mientras antes mejor, ya que de los ingresos que se estén generando la persona puede ir reservando un porcentaje de ellos de manera metódica y estricta, logrando de esta manera alcanzar una vida más holgada y cómoda al momento de retirarse.”, comenta David Osio, CEO de Davos Financial Group.

Contrario a esto, suele ser común que las personas cuando llegan al pico de su carrera y se aproximan a la edad madura es cuando comienzan a tener otra perspectiva de su futuro inmediato, y el concepto de retiro empieza a cobrar forma.

Ahí es cuando a muchos se les enciende la alarma sobre cómo mantener su estándar de vida cuando alcance el momento de jubilarse.

Para el experto asesor financiero, planificar el retiro desde temprano ofrece grandes ventajas. “Esta planificación incluye una disciplina de ahorro, de política de inversión, aprovechamiento de incentivos fiscales y planes de seguros”, comenta Osio.

“También es muy importante un elemento no financiero, pero fundamental para disfrutar de un buen plan de retiro: cuidar la salud (actividad física, nutrición y abstinencia de vicios como el tabaco, las drogas y consumo excesivo de alcohol) para mejorar la calidad de vida y evitar enfermedades”, añade Andrés Coles Director de Davos Financial Advisors.

“El clásico ejemplo es el de la persona que va a su primer chequeo médico a los 40 y le dicen que tiene sobrepeso, presión alta, colesterol alto y tendencia hacia la diabetes. Entonces tiene que entrar en un régimen muy exigente para retomar un nivel de salud adecuado, lo cual implica pasar del sedentarismo a una rutina de ejercicio y al consumo de medicamentos que pueden ser costosos”, explica el Director de Davos Financial Advisors.

Lo mismo ocurre con el retiro. Cuando la persona llega a la madurez no ha ahorrado, entonces tiene que recortar gastos y someterse a un régimen de sacrificio muy duro. Las pólizas de seguro de vida cuando la persona se encuentra en la madurez son más onerosas, y la persona pierde beneficios que pudiera haber obtenido de efectuar todos estos pasos en su juventud.

“Mientras más temprano se planifica y se ejecuta, mas económico y más efectiva es la planificación. Ahorrar e invertir temprano en la vida tiene efectos exponenciales. Tanto es así que si alguien inicia su plan a los 25 años versus alguien que lo hace a los 35, la diferencia al llegar a la edad de retiro puede ser más del doble, aunque en esos 10 años, la persona no haya podido ahorrar tanto como más adelante en su carrera profesional”, resalta David Osio.

En opinión del CEO de Davos Financial Group las mejores inversiones son aquellas de renta variable, primordialmente acciones de empresas de alto crecimiento.

“Si bien son volátiles y arriesgadas, el riesgo tiende a recompensar en el largo plazo más que ningún otro tipo de inversión. El clásico error es invertir en cosas muy seguras, pues se trata del retiro y pocos quieren arriesgarse, pero la realidad es que existe un punto optimo de riesgo y retorno que el asesor de inversión ayuda a conseguir. Ni muy conservador ni demasiado arriesgado”, indica David Osio.

De acuerdo al equipo de Asesores de Davos Financial Advisors, a medida que se va acercando a la edad de retiro, la persona debe ir migrando su perfil hacia instrumentos de renta de alta calidad, que ofrecen menos variabilidad en el valor del capital y generan renta.

En este sentido, quien piensa en su plan de retiro temprano puede estar a los 30 años con sus recursos 100% colocados en instrumentos de renta variable. A los 50 años, pudiera tener una mezcla de 60% en variable y 40% en renta fija. A los 60, con 40% en variable y 60% en renta fija. Y a los 65 con sus fondos en 20% variable y 80% renta fija.

Teniendo en cuenta el criterio de inversión anteriormente descrito, los instrumentos más adecuados son fondos mutuales de ETF, para lo cual un asesor financiero es pieza clave en la selección y supervisión. A medida que van evolucionando los mercados el asesor ayuda a navegar riesgos y oportunidades, variando la asignación hacia tipos de activos, instrumentos de primera calidad y temas de inversión.

“Los instrumentos a evitar son aquellos que ofrecen estructurar al ahorrista a una política de inversión. Estos son llamados annuities o planes de retiro con contribución definida. Muchos de estos ofrecen retornos muy bajos, contienen costos ocultos y ofrecen garantías de capital que son solo tan buenas como la solidez de la empresa que la ofrece. El asesor financiero tiende a ser más económico y más efectivo”, concluye David Osio.

Actualidad Laboral / Con información de El Nacional