El poder práctico de la alegría es claramente evidente en la mayoría de las actividades humanas. Entonces, por qué los líderes empresariales no han hecho de la alegría un pilar de sus estrategias de desempeño. En los deportes de equipo pueden verse momentos notables en los que el éxito ha estado vinculado a la alegría. Cuando el equipo está en su mejor momento, su juego se vuelve inspirador, a pesar de sus limitaciones o desafíos, y cada jugador, de hecho, el equipo completo, experimenta un éxtasis desbordante que lo eleva aún más. El éxito enciende la alegría. La alegría impulsa un mayor éxito.


¿Puede la alegría que es tan evidente en los campeonatos deportivos replicarse en los negocios? Absolutamente. La alegría dentro de cualquier equipo surge de una combinación de armonía, reconocimiento e impacto; todo lo cual, como líderes, podemos generar en el mundo de los negocios y en nuestras comunidades.


1- Armonía. Cada jugador en un equipo ganador es, profundamente consciente de su contribución para lograr el objetivo general. Cuando un equipo combina efectivamente los diversos talentos, funciones y personalidades de sus jugadores en una acción armoniosa, el conjunto excede la suma de sus partes. ("Sin pelota de héroe").


2- Reconocimiento. Los grandes entrenadores de baloncesto instruyen a sus jugadores que cuando hagan una canasta, señalen inmediatamente al compañero de equipo que hizo el pase que le dio la oportunidad del tiro. El reconocimiento directo de la "ayuda" de un compañero de equipo, refuerza los comportamientos tangibles que logran el éxito colectivo. ("El equipo primero").


3- Impacto. El éxito compartido se encuentra entre las experiencias humanas más satisfactorias y puede forjar vínculos, extraordinariamente fuertes y duraderos. Los equipos que han ganado un campeonato suelen reunirse décadas después de su triunfo, para recuperar la sensación de alegría que compartieron juntos; una conexión que confiesan es uno de sus recuerdos más significativos. Incluso, en los equipos que no ganan campeonatos, las conexiones personales suelen ser duraderas porque los compañeros de equipo han dejado una huella perdurable, en cada uno de ellos. ("El legado compartido").


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Muchas empresas están invirtiendo fuertemente en tecnologías para desarrollar dichas conexiones, con el objetivo de vincular a su personal entre sí, con los clientes y con otras partes interesadas. La hiperconectividad se considera fundamental para mantener la competitividad operativa en la era digital, atravesando muros y fronteras. Sin embargo, muchas empresas se estrellan contra sus propias culturas, las cuales se interponen en el camino y no les permiten cumplir con este objetivo. Los empleados, habitualmente, buscan seguridad al permanecer dentro de sus propios centros y zonas de confort, y se resisten al cambio necesario para adoptar nuevas formas de conectarse y trabajar.


Para superar este obstáculo inherente, las empresas deben fomentar una "cultura de conectividad", que ya es evidente en la generación del milenio. En dicha cultura, las personas están inclinadas y preparadas para aplicar tecnologías de conectividad en evolución a la estrategia y las operaciones empresariales. La conectividad, como solicitar ayuda con alegría y compartir información libremente, se convierte en una segunda naturaleza.


Al proporcionar más experiencias que generan alegría en cualquier entorno de equipo, los líderes empresariales pueden aprovechar más el poder práctico de la alegría en sus empresas. Los líderes empresariales tienden a pensar mucho en el éxito, pero rara vez en la alegría. Es probable que pocos sean conscientes de la "brecha de alegría" en su organización y la resultante falta de conexión personal. Eso debe cambiar. La alegría provoca tantos impactos de transformación como la tecnología. Se requieren ambas para mantener la cohesión que ayuda a las grandes organizaciones a comunicarse con agilidad y adaptarse a desafíos sin precedentes. La tecnología proporciona la infraestructura para esa conectividad, pero la base debe ser una cultura dedicada a la experiencia humana de armonía, reconocimiento e impacto. En suma, alegría.


Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur - Alex Liu