05-12-2018

"La calidad y la cantidad de empleo son dos factores que no están totalmente relacionados. Se puede tener toda la fuerza laboral trabajando, pero en empleos sin contrato, con jornadas extensas, con remuneraciones bajas, sin seguridad social. Puede haber crecimiento ecåonómico y que no mejore el mercado laboral", señala Kirsten Senhbruch, experta en ciencias políticas y sociales de la Universidad de Cambridge.


Senhbruch, es también investigadora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) de Chile y lidera una iniciativa conjunta de ese centro y de la London School of Economics (LSE) para constituir un nuevo Observatorio de la Calidad del Empleo que monitoree la evolución de este indicador en Chile y en América Latina.


Agrega que hoy existe consenso respecto de que la calidad del empleo es importante y que hay que medirla tal como se hace con la dimensión cuantitativa (participación laboral y desempleo).


Dice también que este indicador a evaluar desde el Observatorio se puede publicar trimestralmente, anualmente o con los resultados de la encuesta Casen, ya que agrega información importante y complementaria al análisis de lo que está pasando en el mercado laboral.


Detalles del ranking


Esta es la primera vez en que se construye un índice de calidad del empleo en América Latina. Los investigadores plantean que el principal obstáculo para su concreción es la disponibilidad de información comparable de todos los países.


El indicador se construyó con datos regionales sobre tres dimensiones: la más importante son los ingresos, donde se estableció un monto mínimo equivalente a seis canastas básicas mensuales. Otra dimensión es la estabilidad en el empleo, que se subdivide en el tipo de contrato que tiene el trabajador y su duración. Se suman también las condiciones laborales en materia de afiliación a sistemas de seguridad social y extensión de la jornada laboral.


En cada dimensión se establece el porcentaje de personas de cada país que no logran el mínimo o punto de corte. El índice recoge el porcentaje de la fuerza laboral que no accede al umbral básico de calidad del empleo y la intensidad de esa deficiencia (si se ve privada en toda la dimensión o solo en parte). Según el índice, mientras menor es el puntaje logrado por el país, mejor es la calidad del empleo ya que hay el porcentaje de personas que no alcanzan los umbrales mínimos establecidos.


En América Latina, Chile obtiene 0,18 puntos, lo que lo ubica con la mejor calidad relativa de empleo en la región y refleja su mayor PIB per cápita y nivel de desarrollo humano. Le siguen Uruguay, Panamá y Brasil, lo cual no hace sino confirmar la correlación que existe entre los índices de pobreza de los países de la región y el porcentaje de personas que experimenta una deficiente calidad de empleo.


La experta comenta que los indicadores de calidad del empleo no se mueven de la misma manera que los relacionados con la cantidad. "Habitualmente mejoran lentamente a medida que avanza el nivel de desarrollo del país, pero se mueven súbitamente cuando ocurren cambios regulatorios, por ejemplo que se obligue a cotizar a los trabajadores por cuenta propia", explica.


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