El CEO de LinkedIn, Jeff Weiner, creó hace poco un fantástico diagrama de Venn que sin duda define las cualidades de un gran compañero de trabajo.

diagrama-venn

Según Weiner, los colegas que están en el punto ideal del diagrama son los que sueñan en grande, logran hacer las cosas difíciles y no dejan de divertirse mientras trabajan.

Pero eso solo sería un concepto general de la fórmula, pues hay muchas otras características básicas que los empleados de alto rendimiento deben mostrar en su trabajo, como ser alguien autónomo, productivo y un trabajador en equipo.

“Con los años, también he descubierto algunos rasgos fuera de lo común en el trabajo que pueden ayudar a llevar el desempeño laboral de una persona de bueno a excelente”, opina Ryan Holmes, CEO de Hootsuite y colaborador de LinkedIn.

“Son pequeños ajustes que podrían hacerlo destacar entre todos en la oficina, y por supuesto, hacer la vida de su jefe más fácil, lo cual es siempre algo buena”, agrega en su artículo.

Escriba correos electrónico más cortos

Con los años, he ido practicando hasta lograr escribir mensajes de correo electrónico de tres frases, dejando de lado el relleno y manteniendo solo los puntos más esenciales. Esto me ahorra tiempo y ahorra el tiempo del lector. “Cada vez que recibo un extenso email de un empleado nuevo, me pregunto si las cosas podrían haber sido expresadas de forma más sucinta y si toda esa información es absolutamente esencial”, se pregunta Holmes. El tiempo es a menudo el bien primario más valioso de un jefe. En lugar de enviar emails demasiado largos, guarde esa comunicación más importante para una llamada telefónica o una reunión.

Sea un poco obsesivo-compulsivo

En su apogeo, la banda de rock de los 80 Van Halen era famosa por una ingeniosa táctica de control de calidad. Dentro de las 53 páginas de los contratos de gira del grupo estaba estipulado de que su habitación verde del backstage debía tener un tazón con M&M de todos los colores excepto marrón. Si la banda encontraba un M&M marrón, se volvían locos y suspendían el concierto. Su lógica era que si sus contratistas no leen la letra pequeña cuando se trata de dulces, como pueden confiar en ellos cuando se trata de instalar sus elaborados, y a menudo peligrosos, escenarios para los espectáculos. Para los empleados que buscan llevar su rendimiento al siguiente nivel, esta es una lección no tan sutil: alguien que es capaz de detectar esos pequeños errores, va a sobresalir entre la multitud.

Salga de una reunión

“Me encanta cuando los empleados salen de una reunión de grupo conmigo presente”, afirma Holmes. ¿Por qué? Las reuniones son, por naturaleza, ineficientes. Algunos temas del programa se resuelven en cuestión de minutos, mientras que otros duran para siempre. Los temas que son críticos para algunos miembros del grupo podrían ser completamente irrelevantes para otros. La solución: Póngase de pie y pida permiso para retirarse cuando vea que los temas no aportan nada a su trabajo. “Prefiero que mis empleados hagan buen uso de su tiempo que estén sentados por cortesía escuchando información que no pueden utilizar”, agrega. Ahora bien, no todos los jefes ven las cosas de esta manera, pero esta actitud sí le agradará a aquellos que se preocupan por la eficiencia y productividad.

Trate a todos por igual

O incluso trate a los empleados de menor nivel mejor que al jefe. “Hace poco, tuvimos varias personas que estaban aplicando para un puesto de ventas de alto nivel. Después de registrarse con mi asistente ejecutiva, me sorprendí al ver que muchos de los candidatos que habían sido agradables y corteses conmigo eran irrespetuosos con ella”, cuenta Holmes. La capacidad de trabajar bien con los demás, y no solo con el jefe, es una habilidad críticamente fundamental en cualquier rol. “Constantemente evalúo cómo los nuevos empleados tratan a sus compañeros de trabajo, clientes, incluso a extraños. La civilidad, cortesía e interés genuino son rasgos que los jefes a menudo valoran mucho porque conducen a tener un equipo más armonioso y productivo. Deje el ego en la puerta”, anota.

Cometa errores de vez en cuando

Hay dos tipos de fracaso, el error producto de la incompetencia y el fracaso debido a la ambición. Un buen jefe reconoce la diferencia entre estos dos y respeta a los empleados que a veces fallan por la última razón. “Tengo una gran admiración por la gente que se arriesga por conseguir retos, que toma proyectos que pueden ser demasiado grandes o demasiado ambiciosos. Y no los culpo si las cosas no salen según lo planeado”. Sin riesgo, después de todo, es difícil para cualquier empresa salir adelante. Steve Jobs sabía esto muy bien. Si bien Apple es venerado por el iPhone y el MacBook, muy pocos recuerdan los muchos productos que fueron un total fracaso, como el Apple Lisa, el Apple III y el cubo Power Mac G4. Un buen jefe sabe que el fracaso y la innovación son dos caras de la misma moneda.