Lo tienes todo. Tienes el producto definido, el equipo, la localización y un plan de 'marketing' que te parecería infalible si ya tuvieras el nombre ideal para tu empresa. Sabes que no hay que tomárselo a la ligera. El nombre supone un alto porcentaje de la imagen del negocio. Es un momento que da vértigo. No es nuevo esto de escuchar cómo una empresa de larga trayectoria necesita cambiar el nombre por diferentes razones de peso.


El nombre de una marca de empresa pesa hasta sus últimas consecuencias. Hay empresas que han sufrido grandes descompensaciones al someter a su negocio a un cambio sustantivo. Con esta modificación, puedes conseguir un remonte del negocio; pero también arriesgas mucho, como acabar perdiendo un reconocimiento ya conseguido, perdiendo la familiaridad.


Un nuevo nombre. Un riesgo


Esto mismo ha ocurrido con la conocida petrolera Mobil Oil Nigeria, que cambió su nombre a 11 Plc en mayo de 2017. Según cuenta este artículo de 'Nairametrics', colocar otro nombre supuso un nuevo entorno, pues esto es un verdadero reto. Las razones pueden ser muchas, pero “un cambio de nombre corporativo puede ser un proceso difícil y costoso. Difícil en el sentido de que los clientes pueden no relacionar fácilmente la marca con el cambio de nombre (como en el caso de 11 Plc); y costoso porque, generalmente, se gasta mucho dinero en la publicidad de la nueva identidad”, cuenta el artículo.


Pero, para encontrar el nombre ideal hay claves a seguir. Hay rutinas que te van a hacer el proceso más sencillo y acertado. Solo tienes que tener paciencia y saber pedir ayuda.


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Dawid Cedrych tiene las claves


Dawid Cedrych cometió un error. Este empresario polaco, eligió un nombre para su empresa que resultó ser el equivocado. Uno que resultó difícil de pronunciar, por lo que fue bastante difuso y no adquirió propiedad. Como solución, los socios se sentaron alrededor de una mesa. “Se nos ocurrió una estrategia para encontrar un nuevo nombre”, cuenta en una entrevista publicada en 'Medium'. La estrategia consistía en una serie de acciones ineludibles. Partiendo de que este nombre debía definir qué hace la empresa. Algo que puedes obviar si lo que te gustan son los nombres abstractos.


Los 5 puntos claves


1- Investigación. “Si estás tratando de encontrar un nombre en un idioma que no sea tu lengua materna, debes hacer el doble de investigación”, apunta Cedrych.


2- Opinión. Es bueno que gente en la que confíes te de su opinión. Preguntar explícitamente por connotaciones y asociaciones.


3- Pregunta a personas al azar. Escoge gente que no tenga nada que ver contigo; para esto, la red de redes es imprescindible.


4- Usa todas las herramientas de las que gozamos gracias a las nuevas tecnologías para pulir el nombre. Como las aplicaciones en línea de Texto en Voz (ideal si el nombre es en otro idioma), el diccionario urbano (para evitar connotaciones adversas) y el buen y viejo amigo de nuestro tiempo, Google.


5- Comienza sin límites y luego introduce gradualmente alguno que veas necesario al desarrollar los puntos anteriores. Y “prepárate para pasar hasta 100 horas para encontrar el nombre perfecto para tu empresa”, asegura Cedrych.


Otra técnica que no debes desestimar


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Hay una tendencia en alza que supone un exponente de la originalidad en los nombres de las nuevas empresas. Algo muy asociado al sector textil y al vitivinícola (cultivo de la vid y elaboración del vino.). Pequeñas 'startups' que resuenan entre cientos, en este repunte de sus sectores, que no deja espacio para la inocencia más depurada a la hora de nombrar y renombrar un negocio.


Nombres originales y nada trillados que dejan atrás eso de que el nombre deba contener la definición del producto, para dar paso a una llamada al subconsciente, a través de los nombres más atrevidos y diferentes. "A excepción de algunas compañías que siempre se han manejado en entornos muy tradicionales o de valores muy conservadores; creo que hoy vivimos en un contexto en el que casi todas las marcas tienen la posibilidad, y a veces hasta la necesidad, de transgredir para ser relevantes", sostiene Gustavo Chiocconi, director de la agencia Flamel BBDO, para un artículo en La Nación  .


Firmas y tiendas de ropa como Compañía Fantástica, Brownie o Dolores Promesas; o vinos como Detrás de la Casa, De puta madre, Más amor o La multa; son ejemplos de cómo se puede apostar por nuevas formas de dar nombre a tu producto.




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