Poner o no la foto en el currículo es un dilema interminable y una discusión, entre quienes dicen que la apariencia puede ayudar a dar una buena impresión y quienes abogan que los méritos y títulos académicos, son lo que más debe pesar para una contratación. "Yo tengo dos versiones de mi hoja de vida: con y sin foto. Sin embargo, me gusta enviar más la que tiene mi fotografía porque así me conocen mejor las empresas", señala Óscar Jaramillo, un joven que recientemente se graduó como ingeniero ambiental. "Aunque no estoy seguro cuál de las dos opciones es más efectiva", duda Jaramillo.


Las opiniones alrededor de este tema abundan. Expertos señalan que incluir la foto en el currículum es una práctica muy latinoamericana, pero que en los últimos años, se ha repensado por las nuevas necesidades del mercado. "Ahora se hace necesario hojas de vida vendedoras, impactantes y prácticas", señala Carlos Roldan Vigoya, experto en reclutamiento y director de Uppermost People – Baas Latam, una firma especializada en consultoría.


Roldán opina que aunque la persona se debe sentir cómoda con lo que está presentando en su perfil y sobre todo, alineada con los cargos que está aspirando, se recomienda no incluir la fotografía en la síntesis curricular. "Esa sugerencia se hace por tres razones: primero, porque no es información relevante para la empresa contratante. Segundo, es más valioso usar adecuadamente ese espacio para información relevante del candidato. Y tercero, se puede prestar para discriminación voluntaria o involuntaria de los encargados en reclutamiento", agrega el especialista.


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"Llevo cuatro años sin trabajo. Desde que me gradué no he podido ingresar al mercado laboral. Creo que la causa es mi sobrepeso", señala Andrés Marín, un diseñador gráfico de 27 años.


Los especialistas coinciden en que como los currículos son revisados por humanos -seres visuales por naturaleza-, la probabilidad de tener sesgos conscientes como inconscientes en temas de edad, de particularidades físicas, formas de vestir, raza e incluso la condición sexual, es muy alta. De hecho, se estima que los profesionales de recursos humanos suelen dedicar entre cinco y siete segundos (según cifras de Spring Professional, una empresa especializada en reclutamiento de talento) para revisar estos documentos, por lo cual distraerlos con información que no es relevante es un error.


Isabel Londoño, Ph. D en políticas sociales y coaching laboral considera también en que es equivocado, incluir una fotografía en el currículum. "Las compañías hoy tienen múltiples fuentes de información para conocer a un candidato, lo que hace inútil adicionar la foto en el perfil laboral. Un reclutador puede rechazar una hoja de vida simplemente, porque la fotografía del candidato no le generó confianza. Ahora, mi recomendación es tener una fotografía profesional en redes sociales, especialmente en LinkedIn, porque la mayoría de las compañías revisan esos canales después de indagar la hoja de vida", sugiere Londoño.


Depende de la carrera


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Sergio Peláez, abogado laboralista y socio de CastroPeláez Abogados, opina que la decisión de poner la foto radica en las prioridades del trabajador, es decir, es diferente un proceso de contratación para un modelo, un ingeniero de sistemas para el desarrollo de una aplicación o un economista para una investigación sobre mercado de valores.


"En los tres ejemplos anteriores, podemos ver varias diferencias sobre las condiciones esenciales del cargo. En el primer caso, los requisitos son necesariamente estéticos, por lo tanto, el reclutador buscará una imagen determinada para la promoción del producto, por lo que la foto en la hoja de vida puede ser un elemento determinante; situación contraria en los otros dos ejemplos, donde el elemento diferenciador es el conocimiento, la experiencia, y los estudios realizados para la ejecución del cargo", agrega Peláez.


Los especialistas coinciden en que la foto es necesaria en profesiones relacionadas con la publicidad, entretenimiento, secretarías o asistencias (especialmente de gerencia y presidencia), entre otras en donde la imagen es indispensable.


Una buena fotografía digital


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Si, finalmente, no decidiste incluir tu fotografía en el currículum pero quieres mejorarla en redes sociales, especialmente en LinkedIn -la plataforma que facilita el contacto entre empresas y empleados-, toma nota de las siguientes recomendaciones de Isabel Londoño:


- Es importante que la foto genere confianza en la persona, por eso mirada hacia adelante, ojos descubiertos (sin lentes para el sol y para ver), cara hacia el frente, cabeza completa (sin cortar un pedazo de la coronilla) y que aparezca el cuello completo.


- También se debe vestir ropa profesional, hombros y brazos cubiertos, y sin suéter de cuello alto o camiseta muy escotada. El fondo de la foto debe ser plano, preferiblemente blanco o de un color muy claro.


Entre tanto, para armar una buena hoja de vida -y aunque no existe una fórmula mágica-, los especialistas sugieren:


- Iniciar con información básica de contacto: Nombre, celular, teléfono fijo (si se tiene y si se pueden contactar contigo fácilmente allí), LinkedIn y correo electrónico. No se recomienda adicionar 'links' de otras redes sociales, ni dirección, ni fotografía. Piensa en una breve presentación del perfil profesional e intereses.


- En cuando a la trayectoria profesional, debes tener el nombre de la empresa (si no es muy conocida, dar una pequeña descripción de esta), cargo, fechas con mes y año en los que estuvo vinculado, funciones y logros en la posición. Por último, agrega los estudios formales y otros relevantes para la posición.


Un tip final, no pongas referencias hasta que sean solicitadas directamente.




Actualidad Laboral / Con información de Portafolio - Camilo Peña