El último año en el que Venezuela tuvo una inflación de un solo dígito se remonta a casi 30 años atrás, 1985. En ese mismo período las tasas pasivas de los bancos, las que nos pagan por nuestros ahorros, han sido persistentemente menores a la tasa de inflación del momento. Esto ha desembocado en una pérdida de poder de compra de nuestros ahorros a lo largo de estas décadas, pero igual los venezolanos hemos “pataleado”.

Al cerrarse la ventana de ahorro en bolívares, lo que optamos fue por el ahorro en moneda dura, decisión que se haría más fácil al agregar a la ecuación el hecho de tener un sistema político y económico frágil en su momento y que terminó de desmoronarse a finales de los años 90. La fuga de capitales es un fenómeno que se ha extendido por más de 30 años, y que hoy persiste. Claro, ya para el ciudadano de a pie se hace prácticamente imposible conseguir de manera legal las divisas para el ahorro, pero todavía muchos lo hacen por otras vías.

El control de cambio es una realidad, no muy afortunada por cierto, con la que tenemos que sobrevivir. En 19 de los últimos 31 años hemos estado bajo control de cambio. La dificultad de obtener divisas legales, hizo que muchos venezolanos voltearan sus preferencias a la compra de activos como inmuebles y vehículos como forma de ahorro. Estas posibilidades se han cerrado en los últimos años debido a las leyes promulgadas y regulaciones impuestas para el sector inmobiliario y también para el de vehículos.

Esta realidad que nos afecta patrimonialmente también ha modificado nuestra manera de comportarnos en lo que a consumo se refiere. El venezolano que no puede ahorrar en divisas, aquel que no puede comprar algún activo, lo que ha decidido es consumir. Sabemos que lo que no compremos hoy, costará mucho más caro en 6 meses o un año, así que muy pocas veces postergamos decisiones de compra de productos, y muchas veces terminamos comprando cosas que no necesitamos y que otras veces ni queremos.

Hoy vemos una ventana de esperanza con SICAD II, un sistema que el mismo Ministro Ramírez presentó como una alternativa para el ahorro en divisas. Ya sabemos que el sistema no es tan libre como se planteó, que es un nuevo sistema de racionamiento, pero que a pesar de lo poco, está entregando algo de divisas a las personas. Esa ventanita habrá que aprovecharla por los momentos, pero no soluciona nuestro problema en el largo plazo.

Lo que realmente necesitamos es un ambiente de baja inflación, para eso hace falta trabajar mucho, y es muy probable que en 2014 y 2015 veamos todo lo contrario. Pero como sociedad no podemos acostumbrarnos, no podemos resignarnos, debemos exigir que podamos ahorrar en bolívares sin que eso signifique una pérdida de poder de compra de nuestro esfuerzo. Es una tarea pendiente que tenemos como sociedad.

Henkel García/ Analista Financiero

@HenkelGarcia