El envejecimiento de la población tiene muchas consecuencias analizadas con profusión por los economistas. Sin embargo, uno de los resultados inesperados es su impacto sobre la evolución de los salarios, tema en que profundiza el Banco Central Europeo (BCE) en su último Boletín Económico. Si bien es cierto que la retribución de los mayores tiende a ser más elevada que la de los jóvenes, su evolución es mucho más lenta.

Los jóvenes entran en el mercado laboral con unos salarios muy bajos, sin embargo, son capaces de mejorar su retribución rápidamente. Según los datos analizados por el BCE, correspondientes al conjunto de la eurozona, entre los 30 y los 39 años los trabajadores elevan su salario casi un 35%, mientras que entre los 40 y los 49 la subida se modera por debajo del 15%. Esta tendencia a la ralentización se prolonga hasta que los trabajadores superan los 60 años de edad, franja para la que prácticamente se congela la revalorización.

Esto significa que el envejecimiento de los trabajadores afecta a la subida de los salarios en el país. “Un factor importante del crecimiento de los salarios es la composición de edad de la fuerza laboral”, señala el Banco Central Europeo en su boletín, “los cambios en la estructura de edad de los empleados pueden tener efectos sustanciales en el crecimiento de la retribución”.

Esta evolución diferente de los salarios en función de la edad es algo evidente. Los jóvenes progresan rápidamente, ya sea porque ascienden en su empresa o porque cambian de trabajo para prosperar. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, alcanzan su techo y tienen más difícil seguir escalando. El resultado es este ritmo desigual de los salarios que afecta al conjunto de la economía.

Si hay un país en el que es evidente el envejecimiento de los trabajadores, es España. Y también lo es la expulsión de los jóvenes del mercado laboral. Dos factores que, combinados, contribuyen a ralentizar la evolución de los salarios.

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Desde el año 2007 hasta 2017 (último dato disponible de la EPA), el número de ocupados de entre 25 y 29 años se ha desplomado un 42,5%. Esto significa que en el tramo de los más jóvenes hay casi la mitad de trabajadores de los que había antes del estallido de la crisis. Todos ellos son los que tendrían potencial para mejorar rápidamente su remuneración, pero España se ha quedado sin ellos.

La siguiente franja, que va de los 30 a los 34 años, tampoco ha evolucionado mucho mejor, ya que se ha perdido el 36% de los ocupados. Hay que avanzar hasta la franja entre 40 y 44 años para encontrar el primer incremento en el número de trabajadores desde el estallido de la crisis, con un aumento del 9,2%. Sin embargo, las franjas que más crecen son las que van desde los 55 hasta los 69 años, con incrementos que superan el 34%.

Estas cifras muestran que los trabajadores que tenían un contrato estable al inicio de la crisis han conseguido mantener su puesto de trabajo durante estos años tan complicados y cada vez son mayores. La entrada de jóvenes al mercado laboral debería compensar el envejecimiento de los ocupados, pero como se ha bloqueado con la crisis, la edad media no deja de subir.

Ganan el doble

Aunque la retribución de los jóvenes crezca más rápido, los trabajadores veteranos tienen unos salarios mucho mayores. Según los datos de la 'Encuesta de estructura salarial' elaborada por Eurostat, la retribución por hora de trabajo de los mayores de 50 años casi duplica a la de los menores de 30 años. Esto significa que efectivamente existe progresión en los salarios a medida que los trabajadores van adquiriendo más experiencia.

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Eso sí, las principales ganancias se producen hasta los 40 años, a partir de ese momento la subida se ralentiza considerablemente. En concreto, la retribución media por hora de trabajo de los menores de 30 años está en los 12 euros (datos para el conjunto de la eurozona de 2014). En la siguiente franja de edad, entre 30 y 39 años, asciende hasta 16 euros, un 35% más.

A partir de ese punto, la subida se ralentiza. Los trabajadores entre 40 y 49 años ganan, de media, 18 euros por hora de trabajo, un 13% más. Desde los 50 años, el salario se estanca en el entorno de los 19 euros por hora de trabajo, un avance del 6%. En ese momento vital, los trabajadores alcanzan su techo y tienen muy complicado conseguir mejoras salariales que no sean las pactadas por convenio.

Esta diferencia en los salarios por franjas de edad hace que también sea muy importante el efecto composición. ¿Qué significa esto? Que la evolución de los salarios depende de la edad de los trabajadores. Si hay muchos jóvenes, el salario medio es menor y viceversa. Y lo que es lo mismo, si salen muchos jóvenes del mercado laboral, el salario medio sube aunque no estén subiendo las retribuciones. Esto es lo que pasó cuando estalló la crisis, que subía el salario medio gracias a la destrucción de los empleos más precarios.

En los últimos años se ha recorrido el camino inverso: se han incorporado jóvenes al mercado laboral que hacen que el salario medio se haya ralentizado. Por este motivo, el BCE pide prudencia a la hora de analizar la evolución del salario medio cuando se producen grandes flujos de ocupación en el mercado laboral.

Actualidad Laboral / Con información de El Confidencial