30-07-2014
La plantilla de Los Angeles Clippers lo tiene claro. No piensa volver a jugar más para un propietario racista. Ante las reticencias de Donald T. Sterling a vender la franquicia después de sus comentarios racistas que le costaron el veto de por vida en la NBA, el técnico y los jugadores están dispuestos a dar un paso al frente: declararse en huelga hasta que su jefe deje su cargo.

«Algo tiene que suceder, y tiene que suceder más temprano que tarde», sentenció Chris Paul. La estrella del conjunto angelino reconoció a la cadena ESPN que ha hablado con el técnico Doc Rivers sobre la negativa a jugar hasta que el empresario se vaya. «Eso es algo que Doc y yo hemos estado charlando. Definitivamente vamos a hablar al respecto con Doc, Blake [Griffin] y DJ [DeAndre Jordan]. Es inaceptable». La plantilla ya barajó el pasado mes de abril la opción de negarse a seguir jugando para Sterling antes de la serie de los play-off contra Golden State Warriors.

De hecho Dick Parsons, el director ejecutivo asignado por la NBA, confirmó esta semana que Rivers está sopesando muy seriamente la opción de abandonar el banquillo del Staples Center si Sterling no acepta la oferta de Steve Ballmer, dueño de Microsoft, de vender el equipo por 2.000 millones de dólares. El aún propietario impugnó el acuerdo al que había llegado su mujer, Shelly Sterling, que aduce que su marido no está capacitado para tomar estas decisiones, ya que padece síntomas de alzhéimer.

Origen de la polémica


La polémica saltó cuando salieron a la luz unas grabaciones en las que el propietario discutía con su amante, V. Stiviano, a raíz de unas fotos en su Instagram con Magic Johnson. «Me preocupa que quieras promocionar que te asocias con gente negra ¿Tienes que hacerlo? Puedes dormir con ellos. Puedes traerlos aquí. Hacer lo que quieras. Lo único que te pido es que no los lleves a mis partidos».

Actualidad Laboral / Con información de El periódico