Si bien en un proceso de solicitud de empleo y entrevista de trabajo sus conocimientos y habilidades técnicas son una carta de presentación, actualmente, las compañías buscan también un balance entre estas y sus habilidades interpersonales, de comunicación, resolución de conflictos, liderazgo, etc.

Una persona capaz de integrar a su vida profesional estas habilidades blandas, como se les conoce a estas competencias asociadas a la personalidad, puede adaptarse con mayor facilidad, asumir nuevos retos y e incorporar más fácilmente el cambio.

En palabras de Andrea Galvis, Gerente de Recursos Humanos de Arcos Dorados Colombia, la mayor franquicia de McDonald’s en el mundo, “las habilidades son comportamientos que permiten tener éxito en alcanzar un resultado, por ejemplo: comunicación efectiva, liderazgo o capacidad de análisis; mientras que las habilidades técnicas son las destrezas operativas para ejecutar una tarea, como hablar otro idioma, dominar un sistema u operar una máquina”.

Por su parte, Alejandro Arévalo, executive manager de DNA Human Capital, explica que estas competencias se definen desde el saber (conocimientos), saber hacerlo (capacidad) y el querer hacerlo (motivación). “Las competencias del saber hacer y querer hacerlo son el conjunto de comportamientos que permiten desempeñarse de manera exitosa en un puesto o compañía”.

En la práctica, las habilidades blandas son sus características personales, mientras que las habilidades duras son las que se aprenden por estudios formales. Por ejemplo, si usted contribuye al trabajo en equipo, es puntual, tiene un pensamiento crítico, es sociable y creativo, puede decir que ya cuenta con los atributos que son de mayor interés para los empleadores. Esto según los datos presentados en un informe de LinkedIn en 2017.

Según Juan Camilo Casas, gerente de Pulso Empresarial, “en la actualidad la mayoría de las empresas están realizando la selección por competencias permitiendo predecir el posible comportamiento de un candidato. Los procesos de selección ya no se basan tanto en experiencia laboral, sino en la capacidad que tienen para comportase y dar solución a las necesidades de la compañía”.

Para lo que Arévalo agrega que, en el momento de seleccionar un candidato sin experiencia laboral, las habilidades blandas cobran más fuerza, pues su componente diferencial son esas características que lo definen y son acordes al estilo de trabajo y potencial desarrollo que tiene para el área.

Andrea Galvis, de Arcos Dorados, también explica que estas habilidades se evidencian en cómo una persona logra tener resultados, pues, si bien las empresas buscan que sus empleados estén alineados con sus valores y filosofía, también evalúan cómo consiguen esos resultados.

De hecho, McDonald’s es una de las compañías que valora contar con habilidades blandas a la hora de recibir jóvenes y permitirles hacer carrera. Para esta compañía, evidenciar habilidades de liderazgo, trabajo en equipo, adaptación al cambio o comunicación interpersonal puede ser igual o más importante que contar con experiencia laboral previa, ya que en la mayoría de casos no exige ningún tipo de experiencia profesional. Haber pertenecido al equipo de fútbol del colegio o la universidad, cursar programas de formación extracurricular o hacer voluntariados, son ejemplos de cómo demostrar habilidades blandas. “La forma más utilizada para evaluar las habilidades blandas es a través de preguntas sobre hechos pasados en donde se pueda evidenciar que la persona usó su habilidad para tener éxito en alguna tarea. Si la habilidad ya se evidenció en el pasado, tiene más probabilidad de ocurrir una vez se contrate a la persona”, finaliza Galvis de McDonald’s.

Las habilidades blandas, una base del éxito laboral

Una de las habilidades blandas que más se destaca en las organizaciones y en las capacitaciones laborales es potenciar la inteligencia emocional, pues se cree que los oficios técnicos cada vez estarán más computarizados, y el factor diferencial del ser humano será el manejo de sus emociones y relaciones interpersonales.

El Foro Mundial Económico ha exaltado que el trabajo emocional en el que se integran los sentimientos al momento de gestionar equipos, atender público o asistir a personas dependientes, cada vez cobra más fuerza en las organizaciones por ser la empatía la base para superar situaciones de conflicto.

Para Daniel Goleman, psicólogo estadounidense, los principales componentes de la Inteligencia emocional son: el autoconocimiento emocional, que es conocer sus propios sentimientos y emociones; el autocontrol emocional, que es reflexionar y controlar las emociones; la automotivación, que es enfocar las emociones para alcanzar un objetivo; el reconocimiento de las emociones en los demás, conocido como la empatía para establecer vínculos con las personas que se relaciona; y las relaciones interpersonales, que son las que le permiten tener un buen desempeño laboral.

Los expertos en habilidades blandas coinciden en que el camino al éxito laboral no está solo en la parte académica, sino en alimentar esas características que nos hacen únicos como seres humanos y nos permiten relacionarnos con otros. Por eso las habilidades blandas no solo se enfocan en que una persona sea productiva, sino que buscan humanizar todos los procesos laborales.

Actualidad Laboral / Con información de MBA Americaeconomia