El estrés laboral es la sensación de agotamiento físico y mental que se produce cuando las tensiones y obligaciones del trabajo superan las barreras de lo saludable para pasar a convertirse en un factor que provoca serios problemas psicológicos y biológicos.

Las causas pueden variar de persona en persona pero, en todos los casos, el exceso de información recibida, la competencia y la actualización de conocimientos que exige la era digital, devienen en este mal.

Tanto la mente como el cuerpo necesitan un equilibrio para mantenerse sanos y avanzar para concretar proyectos a futuro. Los síntomas que hay que tener en cuenta para determinar si sufres de estrés laboral son:

Fatiga crónica. En este punto es fundamental tener en cuenta la relación entre las labores que desempeñas y tu grado de agotamiento. Por lo general, durante este periodo, el cansancio mental impide que disfrutes las salidas con tu familia, amigos o un hobby fuera del horario de trabajo.

Enfermedades menores recurrentes. Reiterados resfríos, dolores musculares o lesiones pueden ser una clara señal de que tu mente se siente aprisionada, con la necesidad de hacer un cambio en la rutina.

Ira contenida. La irritabilidad constante o la ira sin justificación son un claro síntoma de estrés.

Despersonalización. Este es un mecanismo de defensa muy común. Si te percibes a ti mismo como separado de tu propio cuerpo es decir, actúas y realizas todas tus actividades diarias pero las vives como en tercera persona, estás sufriendo de un cuadro de estrés.

Descuido de la imagen. La falta de energía para verse bien, comer saludable o llevar una rutina activa es uno de los principales síntomas. Si notas que vas perdiendo poco a poco la pasión por actividades que antes te causaban felicidad, debes estar alerta.

La sensación de vacío y ausencia de objetivos puede desencadenar en depresión. Es vital que consultes con un especialista si te sientes identificado. Lo mejor es prevenir.

Actualidad Laboral / Con información de RPP