Llevas en el punto de mira de tu jefe mucho tiempo, pero hace días que se comporta contigo de una manera extraña. Más de lo habitual. Has observado movimientos de personas dentro de la organización. Tus compañeros murmuran y cuchichean a tus espaldas cada vez que te acercas a la máquina por un café. No quieres ponerte paranoico, pero temes que tus mayores miedos se hagan realidad. "¿Podría ser verdad? ¿Me despedirán en estos días?", piensas. Y te vienes abajo.

Esta sensación que te embarga genera un sentimiento poco menos que desagradable. Es importante, aconseja Marta Blasco, profesora del máster en Dirección de Recursos Humanos del Centro de Estudios Financieros (CEF) y de la Udima, que no te envenenes con pensamientos negativos porque lo único seguro que te pase es que te invada el miedo, "y ahí estás perdido porque te bloquearás y no verás ningún camino para seguir avanzando. Por tanto, lo primero que tienes que hacer es aprender a gestionar el miedo, retomar el control de la situación y empezar a definir qué acciones paliativas tienes que llevar a cabo para anticiparte y estar listo para lo que viene".

Alianzas

Si la decisión ya está tomada, y es firme, poco puedes hacer para cambiarla. Lo que sí puedes intentar, señala Juan Bueno, managing partner de R&H Talento y Personas, es "proteger tus intereses estableciendo determinadas alianzas con personas que te ayuden a conseguir algún beneficio extra en la negociación de salida. Aunque esto no es sencillo. Cuando hueles a despedido muchos de tus "amigos" te dan la espalda e incluso se postulan para ocupar tu puesto".

Aun así, no debes perder los papeles. Tienes que mantener la misma relación de siempre con ellos y no intentar confirmar tus sospechas con ninguno, por mucha confianza que hayas entablado. "Hacerlo puede crear mal ambiente en el equipo que va a repercutir de forma negativa en la productividad del departamento, lo que te convertiría en un empleado tóxico y constituiría otra razón para ser despedido", aconseja Genoveva Vera, psicóloga coach ejecutiva y experta en liderazgo. Si compartes tus sospechas con algún compañero, lo más probable es que se produzca un "miedo al contagio" y se alejen de ti.

Vera advierte de que es muy factible que pueda producirse una situación como esta, "lo que, además, repercutiría de forma grave sobre tu salud física y mental y podría desembocar en un estado depresivo con trastornos de ansiedad, dificultades para dormir, dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales, etcétera". Para evitar males mayores, lo más maduro es hablar con el jefe.

La charla

En una buena relación líder-colaborador, el dramatismo sale por la ventana. Las situaciones inciertas, los rumores y los malos entendidos no deberían producirse porque, como apunta Blasco, "seguramente el jefe se reuniría periódicamente con sus empleados para darles feedback". Sin embargo, en muchas compañías la brecha entre responsable y trabajador es insalvable, y es entonces cuando el profesional que teme ser despedido debe armarse de valor y entrar en el despacho de quien decidirá su futuro.

Montse Ventosa, presidenta de Truthmark, cree que es completamente necesario hablar con el jefe para buscar una aclaración a lo que está pasando y preguntar qué es lo que le ha llevado a tomar esa decisión. "Los porqués son vitales para corregir el tiro en futuras ocasiones", apostilla Bueno.

Hablar con tu responsable puede exonerarte de cualquier llamada de atención en el caso de que te pillen buscando trabajo desde tu puesto. Algo, por otro lado, completamente lícito, sobre todo si tus sospechas se hacen realidad. "No hay nada malo en buscar otro trabajo. Sirve para mantenerse al día, saber qué necesidades tiene el mercado y cultivar el talento personal", defiende Ventosa.

Genoveva Vera aconseja, sin embargo, hacer esta búsqueda con cierta discreción, "porque si realmente estamos en el centro de la diana de nuestro responsable, esto sólo precipitará el despido". Lo que por otro lado, y desgraciadamente, tampoco nos suena a algo nuevo. En muchas empresas, cuenta Vera, "se valora más la lealtad y la fidelidad del colaborador que sus competencias, sus logros y los méritos. De ahí que a veces nos encontremos con equipos empobrecidos, dependientes de un jefe controlador y autocrático. Plantillas en las que estás anulado o en las que inhiben tu creatividad". Por eso, en ciertas ocasiones, temer que te van a echar no es tan malo como puede parecer en un primer momento.

Superado el miedo al 'qué será de mí', toca ponerse las pilas y encontrar un puesto que de verdad te haga brillar. En estos tiempos esto no es tarea fácil, pero tampoco es imposible.

El 'ABC' de una salida con estilo

Aumenta el talento

Existe una tendencia cultural a etiquetar un despido como algo negativo y considerar los contratos temporales como algo precario. Un despido es, en realidad, una oportunidad para muchos profesionales para aprender y desaprender actitudes, conocimientos y habilidades que contribuirán a aumentar tu talento. Así que cambia tu percepción de la situación y no lo veas como el fin del mundo.

Busca cómo dejar tu marca

El cómo te vas de un trabajo dice mucho sobre ti. No pienses eso de 'para lo que me queda dentro...' y sigue dando lo mejor de ti. Éste es el momento en el que tienes que dejar huella.

Comunica

Si tu despido es sólo un rumor, contrasta la información. Puedes ir a la fuente y asegurarte de si es cierto o no, y dejar clara tu posición. Si el rumor es cierto también te servirá para organizar mejor tu salida.

Actualidad Laboral / Con información de Expansión