No es posible alejarse más de un punto en el globo terráqueo que viajando a sus Antípodas. De ahí cualquier desplazamiento adicional lo acercará a uno al lugar de inicio de su periplo. Por eso es que llama la atención que nuestro Primer Mandatario haya escogido precisamente el día en que las pantallas televisivas del mundo trasmitían las imágenes de ancianos, mujeres y niños vadeando el Río Táchira camino de Colombia arreados por la GNB, para dirigirse a Vietnam, justo las Antípodas de Venezuela.

Sorprende también, no solo que lo haya hecho acompañado de una numerosa comitiva, a lo cual nos tiene acostumbrados, sino que en la misma por alguna inescrutable razón se encontrara la Ministra de Prisiones. Así como que en los acuerdos que con gran pero distante fanfarria se anunciaban, se incluyera asesoría del anfitrión sobre ganadería y cultivo de arroz. Esto de un país cuyo ganado (básicamente búfalos) todavía se usa principalmente como bestias de carga, y su tecnología de cultivo arrocero está en niveles medioevales.

Finalmente, en materia financiera se anunciaban unos $ 1,000 millones de apoyo financiero, sin que todavía quede muy claro quién es el que va a financiar a quien. No nos malentiendan, no es que Vietnam se encuentre en un mal momento económico, al contrario, después de haber abrazado al capitalismo con entusiasmo dejando atrás el modelo soviético, en estos momentos su economía crece y los inversionistas extranjeros al parecer hacen cola. Pero no pareciera el mejor lugar para ir a pasar cepillo, dadas las ingentes sumas que Venezuela necesitaría para medio mantener el actual modelo económico que se la ha impuesto a los venezolanos.

Supone uno que los consejos que le deben haber dado los líderes vietnamitas al batallón de venezolanos que los visitó es: “si quieren lograr los resultados económicos que estamos disfrutando nosotros, eliminen el control de cambio, unifiquen su moneda, privaticen la economía y garantícenle orden y reglas estables a los inversionistas, haciendo las paces con sus enemigos verdaderos o imaginados, y así podrán, como nosotros recibir apoyo de los bancos de desarrollo y el FMI".

En verdad que debe ser frustrante irse hasta las Antípodas para oír los mismos consejos que desde aquí dan los empresarios, los opositores, la banca de inversión, los vecinos de Unasur y Mercosur, los inversionistas potenciales, y el electorado en general a juzgar por las encuestas. Pero, en fin, razón tenía Homero: “Los dioses ciegan a quienes quieren perder.”

Aurelio F. Concheso / Ingeniero

@aconcheso