Las oportunidades de desarrollo de carrera que ofrecen las empresas, pueden ser una herramienta potencial de atracción y retención de talento; indica el estudio "Capital humano en el trabajo: El valor de la experiencia" del McKinsey Global Institute. En ese sentido, las prioridades para una organización que busca promover el crecimiento de las personas deben ser:

1- Reconocer el potencial de las personas. Crear sistemas de evaluación en función de las capacidades de aprendizaje. Enfocándose en las competencias básicas, que son importantes para tener éxito en un puesto. También eliminar sesgos que encasillan a las personas, en las funciones que ya están desempeñando.

2- Adoptar la movilidad. Más del 80% de todos los movimientos de trayectoria, que realizan las personas, involucran el cambio de empleador. Dado que no se puede luchar contra el hecho, de que las personas con mayores competencias y habilidades, se cambiarán de empresa. La clave para los empleadores es convertirse en parte de este flujo.

3- Fortalecer el coaching. Gran parte del desarrollo de habilidades que viven las personas, ocurre en el trabajo rutinario diario. El coaching y la capacitación laboral pueden maximizar este efecto. Los primeros años de una carrera son fundamentales para cualquier persona, lo mismo ocurre con el primer año en cualquier trabajo nuevo.

“No todas las empresas son igual de buenas en el desarrollo de personas. El tamaño no es el diferenciador. Ya que encontramos que las pequeñas empresas, pueden ser tan hábiles en esta área, como sus contrapartes más grandes. Pero parecen destacarse las empresas con la salud organizacional más sólida; las que ofrecen una formación más estructurada a sus empleados. Y las que brindan más oportunidades de progreso interno”, refiere la investigación.

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Actualidad Laboral / Con información de El Economista