El ámbito laboral es un espacio que continúa evolucionando y cada cierto tiempo se adoptan nuevas costumbres, metodologías y hasta expresiones como, por el ejemplo, es el caso del “Quiet Quitting” o “renunciar en silencio”.


Desde el año pasado se ha popularizado el uso de este término que se refiere a la actitud de una persona que cumple con la mínima cantidad de trabajo sin cumplir horas extras o solo limitarse al trabajo por el que fue contratado sin agregar cargas adicionales. Se cree que esta expresión y filosofía de trabajo ha surgido como una respuesta a la cultura del exceso de trabajo y las empresas que explotan a sus empleados, pero también han ido apareciendo otros términos similares que describen otras situaciones que se pueden presentar en cualquier oficina o trabajo.


“Quiet Promotion” o “Promoción silenciosa”


Con esta expresión nos referimos a los casos en los que a un empleado se le asignan más y más responsabilidades, pero el salario y el título permanecen iguales. Esto suele ocurrir cuando una empresa ha prescindido de los servicios de uno o varios colaboradores y un equipo o departamento ahora tiene que continuar con la misma labor, pero con menos personas para llevarlo a cabo. El resultado es que aquellos que aún están presentes deben asumir como responsabilidades adicionales los deberes de sus antiguos colegas, pero sin los beneficios de un mejor título o un aumento salarial.


Estas nuevas responsabilidades o asignaciones a veces se presentan como oportunidades de aprendizaje, pero hay un punto en el que estas tareas se convierten en fuentes adicionales de estrés. Esto no es sostenible debido al ciclo constante de agotamiento relacionado con el trabajo y puede ser en detrimento de la salud física y mental.


“Quiet firing” o “Despido silencioso”


Este es otro término nuevo, pero describe una situación muy conocida y se refiere a los casos en que una empresa busca la renuncia voluntaria del empleado sin tener que recurrir al despido. Para lograr esto se recurre a tácticas como crear intencionalmente un ambiente tóxico de trabajo y a tácticas como retener el entrenamiento, desarrollo o reconocimiento de un individuo.


En otras palabras, el despido silencioso es una forma de negligencia que empuja lentamente a los empleados a dejar su trabajo. Aun así, mientras que el despido silencioso describe cómo los gerentes no brindan capacitación, apoyo y desarrollo profesional adecuados a un empleado, por otro lado, se cree que los empleados que tengan al menos una conversación significativa cada semana con su supervisor tienen más probabilidades de aumentar su productividad.


“Quiet fleecing” o “Despojo silencioso”


En este caso el término de “Quiet Fleecing” se refiere otra situación muy injusta y es cuando un empleado no es recompensado apropiadamente por un desempeño excelente, sostenido y que, de alguna forma, mejora la posición de la empresa a la que pertenece.


Esta expresión fue creada por el Instituto de Política Económica (EPI, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro compuesta un grupo de expertos con inclinaciones izquierdistas dedicados a realizar investigaciones y análisis económicos del impacto de políticas y propuestas. Ellos consideran que el “Despojo silencioso” es una práctica que estanca los salarios frente a la inflación y los crecientes costos de necesidades básicas, dejándolos así con menos de lo que tenían el año anterior.


En el caso de empresas que practican el “Quiet fleecing” podrán ver reducciones de costos a corto plazo, pero a largo plazo verán una rotación masiva de talento y un bajo nivel de moral entre los empleados.


Actualidad Laboral / Con información de Diario Libre