28-01-2015
Más de 2,1 millones de empleos podrían ser creados para mediados de 2018 gracias al plan de inversión trienal propuesto por el Presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, sostiene la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Un informe de la OIT titulado "Una estrategia de inversión orientada al empleo para Europa", muestra que una combinación de inversiones del sector público y privado por 315.000 millones de euros podría potenciar la competitividad de Europa y ayudar a resolver la crisis del empleo. Sin embargo, su éxito depende de cómo el programa es formulado.

El director del Departamento de Investigación de la OIT, Raymond Torres, indicó que el plan “puede complementar las medidas monetarias anunciadas hace poco por el Banco Central Europeo, al estimular la inversión empresarial, el crecimiento y la creación de empleos”.

Pero para que el plan tenga un impacto significativo en el desempleo, en primer lugar debe incluir una parte considerable de inversión privada, en particular entre las pequeñas empresas con alto coeficiente de empleo. En segundo lugar, debería abordar las enormes disparidades en el desempleo que se registran a lo largo de la UE, de manera que las economías con mayores necesidades puedan beneficiarse del fondo. Sin estas dos condiciones, el plan tendrá poca o ninguna relevancia en las perspectivas de empleo de la UE.

Además, es fundamental que el plan esté acompañado por una estrategia de empleo a más largo plazo que se concentre en la calidad del empleo y en reformas equilibradas.

Una perspectiva de empleo frágil y desigual

El plan de inversiones llega en un momento en el que la situación del empleo en Europa sigue siendo frágil y desigual.

En promedio, la tasa de desempleo se sitúa en alrededor de 10%, cerca de 3 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada antes del comienzo de la crisis mundial en 2008. Además, la mitad de los desempleados ha estado sin trabajo durante más de un año. Las mujeres y los jóvenes se ven afectados de manera desproporcionada.

También existen grandes disparidades entre un país y otro, con tasas de desempleo en el sur de Europa y regiones de Europa Central persistentemente altas. Para el tercer trimestre de 2014, la tasa de desempleo en España era superior a 23% y en Grecia de más de 25%. Tres años antes, la tasa de desempleo de ambos países era de 8%.

“Esta situación ha impuesto enormes costos económicos y sociales, con las repercusiones más graves en el sur de Europa, pero con daños a los hogares y los trabajadores de toda la región”, señaló la Subdirectora General de Políticas de la OIT, Sandra Polaski. “La urgencia de abordar estas cuestiones aumenta cada día que pasa”, agregó.

Las personas que han estado desempleadas por períodos más largos están más propensas a desalentarse y a abandonar completamente el mercado laboral. La demanda débil en Europa afecta las inversiones de las empresas perjudicando así la competitividad.

A medida que las competencias se degradan, la empleabilidad de los trabajadores se deteriora, haciendo cada vez más difícil encontrar un trabajo cuando el mercado comienza a recuperarse. Esta cuestión tiene una importancia especial para los jóvenes.

Evitar que se mantenga la situación imperante


El desafío es garantizar que los responsables políticos a nivel de la UE eviten un escenario “evolución sin cambios”, que podría resultar en que los fondos no lleguen a los países y sectores que más los necesitan.

Por ejemplo, entre 2007 y 2013, los países con un desempleo más alto obtuvieron menos de un tercio de los recursos financieros del Banco Europeo de Inversiones (BEI). La inversión privada es débil en los países afectados por la crisis. Una afluencia de recursos en estos países estimularía la reasignación de recursos hacia actividades más estratégicas y de alto impacto, y los desviaría de los sectores de bajo valor añadido.

El informe de la OIT destaca la importancia de la decisión de acelerar el proceso legislativo, de manera que la implementación del plan pueda comenzar a mediados de 2015.

La mejor manera de alcanzar soluciones equilibradas, sostenibles y creíbles es a través de la colaboración entre gobiernos y organizaciones de empleadores y trabajadores. La coordinación y el diálogo son necesarios tanto a nivel nacional como internacional.

Actualidad Laboral / Información de la OIT