Como es tradición desde hace mucho tiempo, todos los primeros de mayo son días de celebración para una buena porción de la población: los trabajadores y trabajadoras. Esa masa de gente, tan golpeada como ciudadanos, espera con ansias el incremento de salario del ejecutivo nacional, único sector con el privilegio de decidir el salario “suficiente” para todos los trabajadores del país.

Sin lugar a dudas el salario es importante pero no es lo más importante para un trabajador y da tristeza que la estrategia sea vender su incremento como la única política de Estado que verdaderamente importa en materia laboral.

Cuando se habla de trabajadores, a todos nos duele lo que les pase. Si somos trabajadores es obvio por qué nos duele. Aun no siéndolo, están nuestros padres, hermanos, amigos y nuestros propios trabajadores a los que les afecta todo lo que el Estado decida que los patronos hagan o dejen de hacer. El Estado, tal como hoy lo conocemos, ha querido desplazar en las empresas el destino de sus trabajadores y a veces se olvida que los trabajadores son primero ciudadanos, después trabajadores.

Por ello, después de garantizar los derechos ciudadanos (libertad, igualdad, seguridad, salud, vivienda), en cualquier país se garantizan y protegen los derechos laborales, por ser los que más afectan a la población. El derecho al salario “suficiente”, sea lo signifique “suficiente” en este contexto, es sólo uno de los tantos derechos laborales.

Desde la óptica de la LOTTT (artículo 98), el salario es suficiente cuando le permite al trabajador: 1) vivir con dignidad, 2) cubrir para sí y su familia las necesidades materiales, sociales e intelectuales y 3) se indica que el salario goza de la protección especial del Estado. Si nos enfocamos sólo en el hecho que a través del salario los trabajadores y trabajadoras deben poder cubrir las necesidades de su familia y las suyas propias, el Estado está obligado a proteger el salario lo cual no solo significa que deba obligar a incrementarlo sino que debe garantizar las condiciones para que el salario alcance para cubrir las necesidades del trabajador. Analicemos esto según la pirámide de Maslow de las necesidades humanas.

Según Maslow, la escala de las necesidades es una pirámide de cinco niveles donde sólo se atienden necesidades superiores cuando se han satisfecho las necesidades inferiores; es decir, si los niveles primordiales (fisiología, seguridad, afiliación y reconocimiento) no están cubiertos, la persona nunca puede llegar al nivel superior  (autorrealización). Incluso, si las necesidades fisiológicas no están cubiertas (alimentación o descanso), no se podrá cubrir el nivel de seguridad (seguridad física, de salud, de empleo) y sin estos, tampoco se cubren los demás niveles.

Según Maslow, todos aspiramos a satisfacer necesidades superiores y sólo las necesidades no satisfechas influyen en el comportamiento de las personas, pues la necesidad satisfecha no genera comportamiento alguno. Es decir, sin importar el monto del salario, éste debe bastar para las necesidades más básicas del trabajador, pues una sola inconformidad genera la percepción de un salario insuficiente. En pocas palabras, el salario debe alcanzar para lo básico de acuerdo a las necesidades individuales del trabajador, de lo contrario la persona está inconforme.

Si alguien tiene un salario pero este no le permite tener acceso a servicios de salud “suficientes” para su hijo con discapacidad, obviamente el salario no es suficiente y esta persona estará inconforme. Si alguien tiene un salario que le permite comprar alimentos en cantidad suficiente, pero estos alimentos no se consiguen, esta persona estará inconforme.

Si alguien tiene un excelente salario pero este ingreso no le permite contar con todos los elementos que le hagan dejar de sentir comprometida su integridad física y la de su familia cada vez que sale a la calle, obviamente el salario no es suficiente y esta persona estará inconforme.

Partimos de esta base pues entendemos que no es posible a través de un incremento de salario, como una medida aislada, construir un salario “suficiente”, si este salario no es capaz de comprar lo básico: alimentación, salud y seguridad.

No es posible para la empresa dotar de herramientas al trabajador que le permitan, vía un incremento de salario, vivir con decoro y cubrir sus necesidades sociales e intelectuales, cuando sus condiciones como ciudadano están deterioradas. Por muy generoso que sea un incremento de salario, no alcanza jamás para cubrir para sí y su familia las necesidades materiales, sociales e intelectuales del trabajador si hay presupuestos de ciudadanía que no se tienen.

Hace un par de años se promulgó la LOTTT, luego de un oscurantismo total sobre sus disposiciones legales, de modo que hubo que aplicarla sin conocerla. Después, se promulgó un reglamento sobre tiempo de trabajo sin consultar a los sectores afectados, entre ellos los mismos trabajadores y trabajadores.

Hoy, volviendo al salario, se seguirá nuevamente la práctica de promulgar decretos de salario mínimo que son la piñata de la fiesta cada primero de mayo, pero que son decididos a oscuras. Una piñata que no la elige el niño está destinada al fracaso.

Si entre quienes deciden no hay trabajadores, no hay quien pueda medir si realmente el incremento es suficiente. Si deciden que tampoco hay empresarios, no hay quien pueda decir si ese salario “suficiente” es pagable en el mediano y corto plazo.

La pregunta entonces es obvia, ese incremento de salario nuevamente inconsulto y arbitrario ¿podrá realmente ser suficiente? ¿Es realmente el salario el tema laboral de fondo?

Ángel Mendoza / Abogado

@angelmendozaqui