En los últimos años la economía ha cambiado de forma radical. Después de mucho tiempo en el que predominó la teoría de que, los seres humanos siempre nos comportamos racionalmente; y que, por ende, todas nuestras decisiones, aunque parecieran ilógicas, se fundamentan en lo que nos brinda un mayor nivel de satisfacción o más utilidad. La psicología se ha apoderado de la teoría económica para explicar que esto no es así.


Varios ganadores del premio Nobel en los últimos años (Kahneman, Tversky, Thaler) han hecho un análisis, de la toma de decisiones de los seres humanos que, no siempre nos lleva a la famosa elección racional. Existen una gran cantidad de factores que hacen que, aún cuando racionalmente deberíamos elegir otras opciones, elegimos la que no nos conviene del todo. Esto se hace patente sobre todo en temas como el ahorro, pues hay varios sesgos del comportamiento que nos hacen tomar decisiones aparentemente irracionales. Veamos cuatro de ellos:


1- Sesgo al presente


Aunque sabemos que si invertimos hoy, obtendremos ganancias en el futuro y podremos consumir más, que si cedemos a la tentación del momento; el hecho de no tener la certeza sobre el futuro hace que valoremos más el consumo presente. Por ello, es bastante natural que tomemos la decisión de consumir hoy en vez de guardar algo para después.


2- Sesgo de desidia o procrastinación


Sí, el mismo término que está de moda usar para decir que posponemos hacer trabajos que encontramos engorrosos o pesados. En el caso del ahorro, hacer el análisis de dónde invertir, abrir la cuenta o incluso hacer la transferencia de recursos suelen ser actividades que dejamos para cuando sea “un mejor momento”.


Pero recuerda, igual que con todo proyecto, cuanto antes empieces, más satisfecho(a) estarás al final y el disfrute será mayor. Un truco para solucionar este sesgo: piensa y hazlo una sola vez, luego domicilia.


3- Sesgo de optimismo


No es malo ser optimista y pensar positivo, fijarse metas es clave para alcanzarlas. Siempre pensamos que en el futuro estaremos mejor y justo por eso en el ahorro es fácil caer en la trampa de pensar que más adelante será un mejor momento para empezar. No obstante, incluso si llegaras a la cima del éxito, siempre será importante contar con un ahorro para lo que se ofrezca o por si las cosas no terminan como esperabas. El mundo está lleno de ejemplos de personas exitosas que al llegar a la tercera edad ya no tuvieron recursos suficientes para sostenerse.


4- Sesgo de “mejor que el promedio”


Una gran cantidad de nuestras conductas y comportamientos son sociales. Si las personas a nuestro alrededor van a determinados lugares, compran determinadas cosas o viven de cierta forma, nuestro objetivo suele ser igualarnos a esos patrones o, por lo menos, tratar de alcanzarlos.


Cuando notamos que las personas a nuestro alrededor saben menos sobre su afore que nosotros, pensamos ¡Ah, entonces no debo estar tan mal, seguro no es tan importante!”. Pero, es como decían nuestras mamás: “Si tus amigos se tiran por una ventana, ¿tú también te vas a aventar?”.


¿Qué otros sesgos del comportamiento que te orillen a tomar decisiones financieras que tal vez no sean las que más te convengan crees que deberíamos agregar a esta lista? Compárteme tu comentario.






Actualidad Laboral / Con información de Forbes México