01-06-2015
Los empleados afectados por la reforma serán a partir de ahora, remunerados en función de sus resultados y no según el tiempo que pasen en la oficina. En ese país la adicción al trabajo puede conducir hasta la muerte.
La élite de los trabajadores de traje y corbata ya no tendrá derecho a ser pagada por sus horas extras en Japón, una reforma que inquieta en un país donde la adicción al trabajo puede conducir hasta la muerte.
Esta adicción casi le cuesta la vida a Teruyuki Yamashita. Agotado tras acumular viajes de negocios al extranjero, y después de varias noches en blanco, este exjefe de ventas terminó hace seis años en un hospital, víctima de una hemorragia meníngea. Yamashita, de 53 años, sobrevivió al cabo de tres semanas en cuidados intensivos, pero quedó ciego.
Igual que este ejecutivo, muchos trabajadores japoneses aceptan sobrecargarse de trabajo en detrimento de su familia o de su salud, una situación que produce cada año varias muertes por ictus, crisis cardíacas o suicidios.
Este fenómeno está tan extendido en Japón que se le da un nombre: ‘karoshi’ -Literalmente ‘muerte por exceso de trabajo’- y es reconocido como una enfermedad profesional. Sin embargo, el mes pasado el gobierno conservador de Shinzo Abe aprobó una reforma que autoriza a las empresas a suprimir el pago de horas suplementarias, a partir de las 40 horas semanales y para quienes ganan al menos 10,75 millones de yenes anuales (90.000 dólares).
¿Trabajar más sin ganar más?
Los empleados afectados por la reforma serán a partir de ahora remunerados en función de sus resultados y no según las horas que pasen en la oficina, alegan los defensores de la reforma, que esperan su próxima adopción por el Parlamento.
Estos aseguran además que el proyecto es un medio para mejorar la productividad en Japón, habitualmente considerada baja, sin necesidad de eternizarse en la oficina. Pero algunos expertos temen que los trabajadores afectados por la reforma no se atrevan a rechazar pasar algunas horas más en la oficina, y ello sin remuneración suplementaria.
“El Gobierno quiere crear un sistema en el que las empresas ya no tendrán que pagar las horas suplementarias”, dice Koji Morioka, profesor de la universidad Kwansei Gakuin, que teme una “aceleración de las muertes por exceso de trabajo”.
Es cierto que las mentalidades empiezan a cambiar en Japón, pero todavía un 22,3% de los japoneses trabaja 50 o más horas por semana, mucho más que el 12,7% registrado en Gran Bretaña, el 11,3% de Estados Unidos o el 8,2% de Francia, según datos de la Ocde. En lo que respecta a las vacaciones pagadas, 16% de los empleados japoneses (a tiempo completo) no tomaron vacaciones en 2013, rehusando ausentarse debido a un sentimiento de culpabilidad, según un estudio del Gobierno. En promedio, los nipones solamente disfrutan de vacaciones nueve días por año, la mitad del tiempo al que tienen derecho.
Actualidad Laboral / Con información de Gestión Perú