La gente se pregunta qué tienen en común la hiperinflación en que nos encontramos con aumentos mensuales de 33%,36% y 43.6% en los últimos tres meses; el dólar libre o dolartoday como le gusta denominarlo a los analistas y funcionarios del gobierno; y el cartón de huevos que ha escalado 101% en dos meses y de ello en 53% tan solo en el último mes.

La respuesta es muy sencilla, pero no parece haber forma de que entre en el hipotálamo de los policías de precios del Sundde. Las tres variables son manifestaciones distintas pero concurrentes del devastador efecto que produce una impresión descontrolada y exponencialmente creciente de la cantidad de dinero en circulación. Esta ha aumentado 27% tan solo en el último mes que es el aumento de unos diez años en una economía sana, y la inédita suma de 618% en el último año. A esto hay que añadirle el fenómeno del aumento de velocidad de circulación del dinero característicos de las hiperinflaciones impulsada por el hecho de que las personas no se les ocurre atesorar bolívares, sino cambiarlos por bienes tan pronto llegan a sus manos, pues saben que si se demoran, lo que quieren comprar seguramente les costará más.

El dólar libre o today es la perfecta expresión montearía de ese fenómeno, sobre todo ahora que el Gobierno ha suspendido del todo las “subastas” de dólares controlados por eso que llamaban DICOM y cuya tasa oscilaba entre 3,000 y al parecer 11,000.Decimos al parecer porque la falta de transparencia era tal que uno no tenía como saber a ciencia cierta a qué tasa de cambio se le adjudicaba a los particulares. Desaparecido el DICOM, la única otra tasa que queda es la que denominan DIPRO o protegida a Bs. 10 por $. Protegida al parecer de las manos del ciudadano común y las empresas privadas, porque no sabemos de nadie a que se le haya otorgado semejante subsidio cambiario en el pasado reciente.

En estos momentos todos los insumos que se necesitan para producir y los pocos productos terminados que se importan lo hacen de la mano del dólar libre, lo cual tiene una incidencia directa e inmediata en los costos de producción y/o distribución. Un caucho de tractor o gandola, la vacunas del ganado y los herbicidas y semillas del agro y pare de contar están aumentando de precio en bolívares a diario al ritmo del dólar libre, lo que no quiere decir, por cierto que lo estén haciendo en términos del valor constante que significa calcularlos en dólares.

El cartón de huevos es la expresión popular de ese fenómeno hiperinflacionario. Esto es así porque el cartón de huevos es el producto final de una sofisticada cadena agroalimentaria, logística y de comercialización al mayor y detal que en su proceso de elaboración requiere no solo alimentos balanceados con importante componente importado, sino también medicinas, refrigeración, repuestos, costos de mantenimiento de los transportes en que se movilizan y materiales de empaque amén de los costos de comercialización.

Por otra parte, como son semiperecederos no se prestan para el almacenamiento a largo plazo. ¿Alguna vez ha visto un operativo por acaparamiento de cartones de huevos? Y finalmente, si se regulan a un precio irracional, los granjeros sacrifican las gallinas ponedoras, reduciendo la oferta y aumentando así, sin proponérselo, el precio de los pocos cartones que lleguen al mercado.

Para el ciudadano común puede ser difícil acceder al precio del dólar libre por las trabas que el gobierno le pone a su divulgación. No así al cartón de huevos en su abasto o mercado de confianza. Compare semana a semana el precio del cartón, y podrá observar en tiempo real, mejor que los directores del BCV, los estragos que la hiperinflación produce en el día a día de los ciudadanos.

Aurelio F. Concheso / Ingeniero

www.laotraviarcr.blogspot.com

@aconcheso