La visión tradicional de la gerencia de salud parte de la creencia de que el cuerpo del hombre es una gran maquinaria y concibe a la enfermedad como una disfunción de alguna pieza de esa máquina. Desde esta perspectiva, hablar de salud es referirse, en términos concretos y operativos, a la ausencia de enfermedad, reducida estrictamente al ámbito individual sin mirar la realidad total del hombre, esto es, centrada en el estudio y combate de la patología. Partiendo de esta lógica, el trabajo médico se enfoca de manera exclusiva en la intervención quirúrgica o química para corregir el mal funcionamiento del cuerpo del enfermo, considerando su mundo emocional como parte de lo meramente especulativo que no tiene cabida en el mundo de la ciencia.

Es preciso reconocer que de la visión tradicional en materia de salud han emergido los grandes alcances del paradigma científico, como por ejemplo, los trasplantes de órganos, el desciframiento del genoma humano, la reproducción un vitro, la clonación, la tecnología para observar el cuerpo humano, entre otros. Sin embargo, aún a pesar de todos estos logros, estos tratamientos no son suficientes para comprender al hombre desde su integralidad. El científico en su afán de vencer la naturaleza, se ha hecho experto en medicinas y tecnologías médicas, sin llegar a conocer completamente al paciente y Venezuela no escapa a esta realidad.

En el mundo occidental, del cual forma parte Venezuela, la Gerencia de Salud no escapa de la visión reduccionista y atomista de entender los fenómenos. Mientras que en el mundo oriental la gerencia de salud está más alineada con la integralidad del hombre, en occidente los servicios médicos responden a una lógica lineal y fragmentada donde se concibe al ser humano como una gran máquina, y a cada uno de los diferentes órganos que conforman el cuerpo como partes separadas de esa gran maquinaria que representa el hombre. En el mundo occidental, un servicio de salud empieza cuando el paciente, preso de una sintomatología, acude a un servicio médico en el cual, en virtud de esos síntomas, se realizarán una serie de evaluaciones médicas y paramédicas, fundamentadas en el estudio del aspecto físico del ser humano para concluir en un diagnóstico de enfermedad que será tratado mediante una terapéutica que responda exclusivamente a las alteraciones físicas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece una mirada diferente. Para la OMS, la salud en el hombre es mucho más que la sumatoria del funcionamiento de todos sus órganos y es algo mucho más complejo que la ausencia de enfermedad. Alineada a esta visión, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), en su artículo 83, plantea una visión humanizante de la gerencia de salud reconociendo al hombre desde sus diferentes elementos materiales y espirituales y cómo todos estos elementos son capaces de generar abundancia en materia de bienestar integral. En esa misma línea, la Bioanalista venezolana Alejandra Oliveros (2014) [1] ha venido realizando algunas reflexiones acerca de la gerencia de salud en Venezuela y las lógicas organizacionales del sistema de salud público venezolano:

"el hombre está integrado e interconectado inseparablemente, donde él forma un solo haz con hilos físicos, psicológicos, emocionales y espirituales, necesarios de ser reconocidos como elementos de un todo. Una interpretación diferente de la salud, reconoce al ser biológico, no como una suma de elementos, sino como una red activa, relacionada con todos los demás y con el entorno. Esta perspectiva enfatiza lo reticular, y no sólo un conjunto de piezas. La red funciona con arreglos a una relación múltiple entre una sinergia que escapa a la simplicidad lineal con la cual se pretende explicar fenómenos tan misteriosos y complejos como la vida".


De esta manera, el gerente en el campo de la salud será capaz de reconocer otros desencadenantes en el fenómeno vida-muerte, que los hasta ahora reconocidos. De estos nuevos elementos, creencias, visiones o posturas, emergerán diferentes eslabones donde el hombre y su emocionalidad respondan a otra racionalidad. Así, estas referencias invitan a admitir la conexión entre la conciencia del observador y los fenómenos mismos, que visto desde otra arista no es más que el vínculo real e indiscutible entre la mente humana y la realidad observada, relacionado a su vez con lo que la religión llama el libre albedrío del hombre.

De allí surge la invitación a entender la Gerencia de Salud desde una perspectiva integradora que reconozca el grado de responsabilidad de la información contenida en los dominios psíquicos y emocionales del hombre y como éstos influyen en su estado de bienestar.

1 Oliveros, Alejandra (2014). Una mirada para la gerencia de salud desde la metamodernidad. Trabajo de seminario de Gerencia Organizacional y Liderazgo. Doctorado en Gerencia UCV. Caracas.

 Teodoro Campos / Doctor en Desarrollo de RRHH (GWU).

@teodorocampos