Si poco antes de la pandemia, las redes sociales acaparaban gran parte del tiempo de las personas, una vez que comenzó el confinamiento y con ello las restricciones de movilidad y el teletrabajo, estas pasaron a convertirse en el medio de comunicación predilecto de varios colaboradores, quienes sólo podían conectarse de esta manera con sus familiares y amigos. Incluso, hay empresas que comenzaron a usar este tipo de plataformas para informar y comunicarse de manera más cercana y rápida con ellos.


De esta forma, en algunas de las empresas se generó una mayor apertura para el uso de redes sociales, por lo que tuvieron que flexibilizar las políticas que definen los límites sobre su utilización. Aunque, esto también depende de la industria y del perfil de la compañía y del trabajador.


Claudio Oyarzún, gerente general de HumanNet, empresa de desarrollo de capital humano, señala que las empresas han ido entendiendo que las redes sociales forman parte de nuestras vidas, “por lo que prohibirlas sólo hace tensar la relación trabajador empresa y generar mayor estrés a sus trabajadores. Además, lejos de ser un pasatiempo o herramienta de diversión, estas plataformas forman parte de nuestra forma de relacionarnos, cooperar y hacer negocios”.


Junto con lo anterior, hay que considerar que las organizaciones que optaron por la modalidad de teletrabajo tuvieron que empezar a usar las redes sociales, y entonces se establecieron como un medio de comunicación formal y oficial. “Esto tiene una implicancia directa con permitir que los empleados las usen para fines personales, ya que es imposible tener el control sobre qué están visitando en internet o en sus celulares”, dice María Jesús García-Huidobro, gerente de marketing del portal de empleo Laborum.


En la empresa chilena de recursos humanos S.O.S Group, donde a partir de la pandemia se empezaron a usar mucho más las redes sociales para publicar ofertas de trabajo, también se flexibilizó el uso de estas plataformas sin tener una política que las regule. De acuerdo con Carlos Henríquez, director comercial de la empresa, “es comprensible que las personas las utilicen, porque se hace mucho más difícil controlar las redes sociales desde la casa”.


Pero, también existen casos de empresas que todavía son más moderadas y cuentan con protocolos sobre el uso de redes sociales, donde se restringe el acceso a ciertas páginas web que dirigen a redes sociales, y otras las prohíben durante las horas laborales.


Las razones son variadas, pero habitualmente se debe al temor de una disminución en la productividad, así como que debido al uso de estas haya graves daños a la seguridad y la filtración de datos, temas confidenciales o críticas a la organización en las redes, por lo que existe mucha concientización sobre el uso positivo de estas aunque sean para uso personal.


En estos casos, se busca principalmente educar a los trabajadores en las horas de uso de las redes sociales. Agustina Bellido, líder de Carrera de Mercer Chile, empresa de consultoría de talento, salud y previsión social e inversiones, señala que “existe más conciencia sobre cuántas horas se usa el celular y cada plataforma, por lo que es posible poner un límite. Los sistemas tipo Microsoft, de los e-mails y de las plataformas, también tienen diagnósticos de eficiencia y productividad que hoy pueden ser usados por los trabajadores, para que sepan el tiempo que le asignan a estas redes”.


Aprovechando las redes sociales


Tras el confinamiento, el uso de estas plataformas experimentó un notable ascenso. Según el reporte “Digital 2021” de Hootsuite y We are Social, donde se midió de enero de 2020 a las misma fecha en 2021, la navegación diaria promedio fue de 6 horas y 54 minutos y el número de usuarios de redes sociales aumentó, pasando de 4.200 millones a 4.900 millones, es decir, 13% de incremento.


En este boom por el uso de redes sociales, las empresas también aprovecharon de lanzar sus propias plataformas informativas o darle mayor dinamismo a la comunicación interna a través de ellas. También se dieron cuenta de que los mismos trabajadores podían ser un elemento que añadiera valor agregado. “Muchas veces los trabajadores dentro de las redes sociales pueden ser excelentes sponsors de la marca para la cual trabajan. En ese sentido podría ser un marketing indirecto sin costo para la organización”, dice Bellido, de Mercer.


Es por esto que algunas empresas están impulsando el uso de trabajadores como embajadores de marca, lo que se conoce como employee advocacy. De acuerdo con Oyarzún, de HumanNet, “las empresas norteamericanas y europeas han promovido esta práctica con sus empleados, donde se gestiona el personal branding dentro de las redes sociales de los trabajadores, generando contenido de las empresas, lo que multiplica el alcance del contenido orgánico de la compañía”.


Sin vuelta atrás


Dado este nuevo escenario en que algunos trabajadores están retornando a las oficinas, surge la duda de si es probable que algunas organizaciones den un pie al costado en cuanto a la mayor apertura que le han dado a sus empleados en este sentido. Sin embargo, para varios especialistas es complejo volver atrás, sobre todo si la empresa accedió a dar mayor flexibilidad.


En estos casos, Carlos Henríquez, de S.O.S Group, aconseja “normar ese marco de flexibilidad al uso de redes sociales, porque cuando estás en casa difícilmente puedes regular el tiempo que se dedica. No hay inconveniente mientras se pueda cumplir con las tareas diarias. Es algo que se va a mantener”.


De esta forma, lo más probable es que las empresas empiecen a apuntar a un trabajo que se realice en base al cumplimiento de objetivos, de tal forma que el uso de las redes sociales no tenga mayor relevancia. Si bien para algunas de ellas es clave normar el su uso por razones estratégicas o para resguardar ciertos asuntos, la verdad es que ha sido innegable que la pandemia le abrió a las redes sociales una puerta que no se cerrará.


Actualidad Laboral / Con información de MBA Americaeconomia / Daniela Arce