En un entorno de estabilidad de precios, como el que disfrutó Venezuela durante los primeros 80 años del siglo 20, los costos de reposición no tienen mayor importancia para empresarios o consumidores. A partir del año 1983, sin embargo, debido a la inflación galopante, su efecto sobre los precios comenzó a ser significativo. El primero de ellos fue que los políticos populistas, empeñados en esconder su responsabilidad en la desarticulación económica que producía la gravemente inflacionaria manipulación monetaria, se dieron a la tarea de satanizar a los comerciantes que tenían que forzosamente aplicar la regla de establecer sus precios en función de esos costos, exponiéndolos al escarnio público como especuladores insensibles, ante una población indefensa que aún no entendía lo que pasaba al ser expuesta a los estragos inflacionarios.

En economías estables con incrementos insignificantes, la regla del costo de reposición, esa que plantea que es necesario valorar los productos de acuerdo a su valor de reposición, es por decir lo menos prácticamente casi imperceptible. Pero cuando la inflación arrecia, para las empresas pueden ser la diferencia ente mantenerse en el mercado o desaparecer para siempre.

La reciente escalada del dólar libre o paralelo ha puesto de relieve esa dramática realidad, veamos: Quien hubiera importado a dólar libre, como estimularon a hacerlo los gobernadores de estados fronterizos, si tuvo la mala suerte de importar, digamos $ 10,000 de mercancía el 30 de octubre cuando la tasa de cambio era Bs 1,500, vendió su mercancía con un recargo de 30% para cubrir costos y beneficios, es decir en unos Bs 22 millones, y 30 días después intentó convertir lo cobrado a dólares, habrá recibido $ 4,900. Dicho de otra forma no solo que sus ganancias se habrían esfumado, sino que además habría perdido la mitad de su capital en una sola transacción, no precisamente la mejor forma para establecer un negocio duradero.

Claro que se podrá decir que el ejemplo obedece a un caso extremo en que la tasa de cambio se multiplicó por tres en solo un mes. Pero eso precisamente subraya la gravedad de una política monetaria lo suficientemente irresponsable como para que esos saltos se produzcan. ¿Quién puede predecir cuál será tal tasa de cambio, o lo que es lo mismo cual será el valor de reposición en el tiempo que demora traer y colocar en le mercado otra importación en un entorno de volatilidad como el existente?

Se produce entonces entre los agentes económicos, es decir tanto proveedores de bienes como consumidores, el comportamiento propio de economías al borde de, o plenamente adentradas en, un evento hiperinflacionario. Los consumidores adquieren cualquier producto que esté disponible al precio en bolívares que sea en el instante que ésta aparece. Los empresarios intentan colocar los precios en función de su apreciación de lo que podría ser la tasa de cambio futura en el momento en que tenga que reponer su inventario.

Pero ¿Cuál es esa tasa? Quien en septiembre hubiera dicho que la tasa a principios de enero del año que viene, fecha de reposición de los inventarios decembrinos, sería cercana a Bs.4,000 por $ hubiera sido tildado de exagerado, y ahora resulta que se quedó corto. Probablemente la decisión más racional para el empresario sea no volver a traer mercancía hasta que las aguas se calmen y se pueda visualizar un costo de reposición racional. Esa decisión claramente presagia una mayor escasez para principios de año.

El problema que ese horizonte de estabilidad cambiaria luce muy lejos en el tiempo mientras los administradores del erario público y de la moneda nacional sigan negándose a reconocer su responsabilidad y pretendan hacerle creer a los incautos que la culpa no es de ellos, sino de una página web que se limita a reportar lo que sucede en las taquillas de cambio del país vecino donde si existe libertad cambiaria. Mientras esa realidad persista, los costos de reposición en inflación seguirán siendo una de las principales preocupaciones de empresarios y consumidores.

Aurelio F. Concheso / Ingeniero

www.laotraviarcr.blogspot.com

@aconcheso