El sector laboral estadounidense es uno de los pocos sectores, que no ha sido afectado por la creciente inflación y la amenaza de una recesión. Aunque, sigue siendo un factor preocupante.
Siete de cada diez personas con discapacidad ni trabajan ni buscan empleo. Además, padecen largos periodos de desempleo, que conducen a muchas de ellas bien a la inactividad, bien a aceptar trabajos en la economía informal.
Las complicaciones en la salida de la pandemia de coronavirus, la alta inflación que amenaza con continuar por varios años y las consecuencias de la crisis de Ucrania; están presionando a muchas compañías, a considerar despedir empleados o congelar nuevas contrataciones.
Las marcas están obligadas más que nunca a buscar la confianza del consumidor que ahora es más cauto a la hora de consumir y más preocupado por su futuro