En estos tiempos un líder debe mostrar flexibilidad y, al mismo tiempo, firmeza para comandar un equipo. Aunque existen diferentes tipos de liderazgo, es necesario saber a cuál apegarse en el momento adecuado. Estos son seis estilos que puedes utilizar para ser un mejor líder el próximo año.

Un buen líder es aquella persona multifacética, que se adapta a los cambios en la empresa y de su equipo para sacar los mejores resultados. Hays, empresa especializada en reclutamiento y recursos humanos, comparte seis estilos que pueden ayudarte a ser un mejor líder en 2016.

Hoy se premia en las empresas a la gente que produce resultados inmediatos, no se le deja a la gente levantar la cabeza para mirar más lejos. El director de marketing de una empresa global defiende marketing, el de finanzas defiende finanzas y el de ventas, ventas; y se les olvida que ellos están ahí porque son el pensamiento estratégico más importante de la compañía, que no son sólo representantes de su área, sino que tienen un pensamiento global sobre la empresa. Los líderes, en este sentido, deberán darse cuenta de que forman parte de un todo.

Para el año 2030 habrá cambiado la generación que predomine como fuerza de trabajo en las empresas. Los millennials serán los nuevos líderes y la generación Z será la que predomine en empresas y corporativos.

Estos son seis estilos de liderazgo para ser un mejor jefe:

  1. Comandante: Este es el estilo de liderazgo más negativo de todos y, por lo tanto, debe ser utilizado en situaciones graves o de crisis, ya que es muy útil cuando el equipo se está desintegrando y a punto de una ruptura absoluta, y en situaciones donde se quiere que una persona con carácter fuerte intervenga. Es una personalidad de liderazgo que ha estado de moda en los últimos años, y que sólo debe utilizarse como último recurso para restablecer la armonía en el equipo.

  2. Visionario: Cuando el negocio necesita innovarse para seguir siendo competitivo, entonces es recomendable tomar un enfoque visionario. Este método de liderazgo requiere de fuertes poderes persuasivos y empáticos, ya que tendrá que movilizar a su equipo alrededor de su visión. No es necesario ser demasiado imponente para conseguir que todo el equipo esté a bordo contra su propia voluntad, pero al mismo tiempo no debe ser demasiado democrático para asegurarse que se incorporarán a las prácticas que se tengan planeadas.

  3. Afiliativo: Este enfoque es útil al momento de utilizarse en un nuevo empleado. Tendrá que estar allí para ofrecer apoyo y una cálida bienvenida durante las primeras semanas, así se podrá tener un mayor impacto en lo que el empleado se incorpora al negocio. El estilo de liderazgo afiliativo también se puede utilizar para aconsejar a los miembros del equipo que están perdiendo motivación o para resolver problemas entre algunos miembros del equipo.

  4. Democrático: Este estilo es el más utilizado. Se aplica regularmente al considerar una nueva iniciativa o, a veces, inclusive con un nuevo empleado, aunque siempre manteniendo que la persona debe tener la última palabra. Es importante que los empleados sepan que sus opiniones son de valor para la empresa, ya que esto ayuda a fortalecer la confianza y aplanar lo que a veces puede ser una jerarquía obstaculizadora.

  5. Guía: Predicar con el ejemplo es un método casi constante de liderazgo. Nunca hay que pedirle al equipo lo que uno es incapaz de hacer o incomoda. La mayoría de los equipos siempre replicarán la ética del trabajo y la eficiencia de las personas que los está dirigiendo, es su elección si se desea llevar a su equipo por una cuerda floja o no. Se debe sacar lo mejor de la persona cuando se encuentre en el trabajo, ya que a su vez su equipo seguirá el ejemplo.

  6. Entrenador: La mayoría de los empleados necesita de cierto grado de entrenamiento, por lo que siempre se debe tratar de asegurarse de entrenar al personal aun cuando no exista presupuesto. Sólo el líder podrá pagar la participación de los empleados en diversos cursos, sin embargo, al mantener un contacto cercano con el equipo se tendrá la capacidad de identificar quién ofrece un alto rendimiento dentro de la empresa. Una vez conseguido esto, el líder deberá hacer un esfuerzo extra para asegurarse de que los empleados avanzarán al siguiente nivel. Una gran gestión no sólo debe ser acerca de la administración de la empresa, también requiere mirar hacia adelante, prediciendo y desarrollando lo que los clientes van a necesitar en los próximos cinco años.


Actualidad Laboral / Con información de Forbes México