Las lluvias de ideas, también conocidas como brainstorming, son la tónica habitual de muchas empresas. Por supuesto de las agencias de publicidad, donde la creatividad es tan necesaria como el aire, pero en general de cualquier corporación en la que en un momento dado es necesario dar con la solución o propuesta a un proyecto determinado.

Hace poco te contábamos que las reuniones de brainstorming no son la única opción para alumbrar ideas creativas en conjunto. Hay técnicas como el ‘sroryboarding’ o las ‘conexiones forzadas’, entre otras, que representan una alternativa interesante cuando el encuentro participativo por antonomasia parece que agota todas sus balas.

Independientemente del ejercicio que escojan en tu organización para descubrir nuevas ideas, si participas en uno de ellos te interesa que tu opinión sea tenida en cuenta. Y esto no siempre es fácil, porque dependiendo del número de personas que participen en la reunión, tu voz puede quedar algo silenciada.

Y en otras ocasiones directamente el tema a tratar no es tu fuerte y te preocupa quedar en evidencia.

Sea como fuere, queremos ofrecerte algunos trucos que te harán sumar puntos en reuniones creativas y de cualquier tipo y sentirte más cómodo, sacadas del libro “100 tricks to look smart in meetings”.

Antes de empezar: ofrece algo

Si antes de comenzar la reunión, te ofreces para llevar “provisiones” (agua o algún snack, según lo que preveas que la reunión puede alargarse) o algún bolígrafo que alguien se haya olvidado, te estarás metiendo en el bolsillo desde el inicio al resto de participantes. Aunque ninguno necesite nada, sal un momento y regresa con algo para todos; te verán como alguien detallista y que incluso se adelanta a las necesidades y escucharán lo que tienes que aportar.

Coge un bloc de notas y empieza a dibujar

Mientras se vayan planteando los temas de la reunión, coge un bloc de notas y dibuja diagramas de flujo o esquemas aleatoriamente. Quien se siente a tu lado no podrá evitar mirar qué estás apuntando, y pensará que tienes un montón de ideas que ofrecer.

Pregunta si se están haciendo las preguntas correctas

La autora del libro sugiere que, si en un momento dado ves que puedes quedarte fuera y no hacer tus aportaciones, plantees una pregunta que hará que todos te escuchen: “¿No estamos haciendo las preguntas adecuadas?”. Lo más probable es que después de esto, haya alguien que te pregunte a ti cuales crees que serían. Por fin tendrás tu turno de palabra, y entonces puedes plantear estas otras cuestiones:

-¿Qué ventaja aporta?

-¿Es viable en un futuro?

-¿Es disruptivo?

-¿Lo harían en Apple?

Desarrolla un hábito que active tu creatividad

Según el perfil de la reunión y de lo formal o informal que sea, quizás puedas permitirte hacer un ejercicio durante la misma que te ayude a desarrollar tu creatividad. Desde apretar una bola antiestrés, a golpearla contra la mesa o la pared (como se ve en muchas películas) hasta cerrar los ojos y abstraerte. Seguramente tus compañeros se sorprendan, pero mientras tanto tú estará incubando buenas ideas, que es de lo que se trata, ¿no?

“Esto le gustaría al CEO”

Ya sea el fundador, el director general o tu jefe más directo, si propones una idea y la asocias con un directivo, inmediatamente pasa a ser tenida en cuenta o escuchada. Además, en función de su cargo o responsabilidad, te dará cierto prestigio porque los demás verán que le conoces bien y que eres próximo a él o ella.

“¿Estamos dándole el enfoque adecuado?”

Imagina que el proyecto o tema a tratar durante la reunión te inspira muy poco o no lo conoces bien. Llevas un rato sin proponer nada y empieza a notarse “que no estás”.

En ese punto, un recurso socorrido es preguntar a los participantes si están dándole el enfoque adecuado al asunto. Ellos creerán que vas más allá y que sus ideas están siendo limitadas. Si después te preguntan por el enfoque que planteas tú, siempre puedes recurrir a alguna de las preguntas comodín del punto 3.

Actualidad Laboral / Con información de TicBeat