La inteligencia emocional es una habilidad comunicativa fundamental que todo buen líder debe manejar. Implica ser empático y comprender la mejor manera de interactuar con los demás. En la actualidad, es cada vez más importante que los profesionales no solo posean conocimientos técnicos, sino también la capacidad de adaptarse, resolver problemas y entender a los miembros de su equipo. Pero, ¿cómo podemos implementar esta competencia en nuestra vida personal y laboral?


A menudo creemos que lograr un equilibrio entre la vida privada y laboral es fácil, pero la realidad nos muestra lo contrario. Claudia Draghi, administradora de empresas y coach, declaró para Infobae Perú. “Si consideramos que una vida equilibrada implica tener más tiempo para nosotros mismos o para la familia, no hemos comprendido nada. Esto significa que no estamos adaptados al sistema (de nuestra sociedad)”, argumentó.


En realidad, dedicamos la mayor parte de nuestra vida al trabajo, estudios y otras actividades. Según la cofundadora de Minding, el bienestar se trata de “tener un tiempo de calidad para nosotros mismos”, señaló Draghi.


Un ejemplo que se nos presenta Draghi para alcanzar un equilibrio entre nuestra vida personal y laboral, mediante el uso de la inteligencia emocional, es el siguiente: Imaginemos que tenemos un empleo en el área de ventas y nos encontramos en la etapa final de una campaña anual. Es sabido que en los últimos 15 días estaremos completamente ocupados, cerrando ventas y atendiendo otros asuntos. Si no desarrollamos inteligencia emocional para solicitar ayuda o aceptarla cuando se nos ofrece, nos estaremos privando de una comprensión más profunda de nosotros mismos.

En esta situación, es importante comunicarnos con nuestro entorno familiar. Si tenemos una hija pequeña, debemos conversar con la persona que trabaja en nuestra casa y explicarle que necesitamos más apoyo durante en estos días. Le informamos que estaremos ausentes, agotados y sin conocer exactamente cómo serán los resultados.


Otro ejemplo ocurre cuando estamos estudiando y trabajando al mismo tiempo, algo muy común entre los alumnos de maestría. Aprendieron a manejar su ritmo y las personas en su entorno comprenden que se quedan hasta tarde debido a que están a punto de finalizar su tesis.


Deben conversar con sus amigos y explicarles que se trata de un periodo no limitado de días, sino de varios meses, especialmente en los últimos tiempos. También deben comunicarse con su pareja y expresar: “Quiero que sepas que los próximos seis meses serán desafiantes y no es debido a ti, sino porque me siento abrumado/a con mi vida”.


¿Qué técnicas se pueden utilizar para gestionar el estrés?


Según Draghi, es importante entender que no somos personas diferentes en cada ámbito de nuestra vida, sino la misma persona con diferentes roles. La energía y las emociones que llevamos del trabajo a la vida personal pueden tener un impacto negativo en nuestras relaciones personales, desencadenando conflictos y peleas. Para evitar esto, es crucial tener claridad sobre nuestro propósito y quiénes queremos ser en cada aspecto de nuestra vida.


Si nos preguntamos quiénes queremos ser y cómo queremos ser recordados por las personas que nos rodean, podemos encontrar herramientas de gestión emocional para manejar situaciones desafiantes. Existen diferentes técnicas para mejorar la inteligencia emocional en ambos ámbitos de la vida:


Comunicación asertiva: implica expresar ideas desde una posición de confianza en uno mismo, de manera clara, equilibrada y respetuosa hacia los demás.


Lenguaje corporal: analizar tanto nuestro propio lenguaje corporal como el de los demás es una excelente manera de comprender lo que está ocurriendo emocionalmente.


Meditación: contribuye a mejorar el control emocional y desarrolla la capacidad de responder adecuadamente y con moderación en lugar de reaccionar de forma descontrolada.


Diario emocional: es una alternativa llevar un diario emocional puede ser efectivo y práctico para aprender a reconocer sentimientos y estados de ánimo.


Escucha activa y sincera: nos permite comprender a fondo las emociones y preocupaciones de los demás, al tiempo que mejora las relaciones interpersonales.


Análisis de la situación: evitar juzgarse a uno mismo y analizar la situación desde una perspectiva neutral, como si se tratara de otra persona, brinda una visión diferente que facilita llegar a mejores conclusiones.


¿Para qué sirve la inteligencia emocional en el trabajo?


La gestión emocional es importante porque nos ayuda a manejar las situaciones en la que aparecen problemas, utilizando técnicas y estrategias que nos ayuden a reflexionar sobre la mejor alternativa.


La inteligencia emocional es esencial para mantener un equilibrio entre la vida profesional y personal. Definir nuestro propósito y quiénes queremos ser en cada aspecto de nuestra vida nos permite encontrar herramientas de gestión emocional y tomar decisiones alineadas con nuestros valores y metas a largo plazo.


Actualidad Laboral / Con información de Infobae