La participación laboral femenina en América Latina ha registrado un desaceleramiento (y en algunas casos, incluso decrecimiento) desde el inicio del nuevo milenio, concluyó una reciente publicación del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Universidad de La Plata.

La investigación, titulada “¿Brechas que se cierran? Aumento y desaceleración de la participación laboral femenina en América Latina”, señala a la brecha salarial entre los sexos y la falta de políticas públicas que favorezcan a las mujeres como las principales causas de este fenómeno.

Si bien la tasa de participación laboral femenina en Latinoamérica creció 0,9 puntos por año durante la década de los 90, a partir del año 2000 la velocidad se redujo 0,3 puntos anuales. En Argentina, por ejemplo, 54% de las mujeres de entre 25 a 54 años formaba parte de la fuerza laboral en 1992, porcentaje que creció de forma sostenida y alcanzó el 67% en 2002. No obstante, en la siguiente década el crecimiento de comenzó a desacelerarse (68% en 2012), se estancó y finalmente cayó (67% en 2015).

Según declaró Leandro Gasparini, uno de los autores de la investigación, entrevistado por Clarín, la explicación a este fenómeno está “vinculada con el desaliento de las mujeres frente a un mercado laboral deprimido y las pocas perspectivas de conseguir un empleo razonable”.

Por otra parte, el estudio señala que el hecho de pertenecer a contextos socioeconómicos vulnerables (por ejemplo, poseer bajo nivel educativo, residir en áreas rurales o tener un cónyuge que perciba bajos ingresos), estar casada o ser madre son factores que favorecen el retiro del mercado laboral. “La tasa de actividad de las mujeres pasa de 54% entre las que no tienen hijos a 39% cuando hay más de un menor en el hogar”, declaró Mercedes D’Alessandro, doctora en Economía de UBA a Clarín.

Asimismo, D’Alessandro se refirió al consenso general que concibe al trabajo doméstico como una responsabilidad que deben asumir las mujeres, incluso si poseen un empleo de tiempo completo. “En la Argentina, según la Encuesta Permanente de Hogares, una mujer ocupada full time dedica más tiempo promedio al trabajo doméstico (5,5 horas) que un hombre desempleado (4,1 horas). En términos generales, las argentinas hacen casi el doble de trabajo doméstico no remunerado que los varones”, explicó.

Finalmente, respecto a las consecuencias, el estudio señaló que el alejamiento de las mujeres del mercado laboral no solo favorece los roles de género “tradicionales” en los hogares, sino que también minimiza su productividad y sus posibilidades de obtener un empleo en el futuro.

Actualidad Laboral / Con información de Universia