10-11-2022

Hace un año, los agentes sociales y el Gobierno español avanzaban en la negociación de una reforma laboral que, desde su entrada en vigor el pasado 1 de enero, ha transformado el modelo de contratación del mercado de trabajo. Ahora se prioriza la incorporación indefinida fija-discontinua frente a los contratos temporales, entre otros cambios. Tras un periodo de implantación de diez meses ya se han podido ver los resultados en las cifras oficiales, pero ¿qué percepción se tiene al respecto desde el ámbito empresarial?


De acuerdo con los datos presentados por InfoJobs en su informe Reforma laboral: un año de camino, más de la mitad de las empresas (54%) valoran negativamente las consecuencias de la reforma en el mercado de trabajo. Un tercio, además, valoran su impacto muy negativamente.


En palabras de Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs: “A pesar de que el significativo aumento de los contratos indefinidos es una excelente noticia para nuestro mercado laboral, no cabe duda de que las empresas españolas tienen una visión diferente acerca de la aplicación e impacto de la reforma. Porque la flexibilidad y las diferentes opciones contractuales siguen siendo indispensables para que los empresarios generen empleo, y hace falta también un sistema capaz de adaptarse a las necesidades de sus diferentes actores y a la evolución de la economía, sobre todo en un contexto como el que atraviesa España actualmente”.


La desaparición del contrato de obra y servicio y el fomento del contrato indefinido y del fijo-discontinuo es la medida que más ha afectado a las empresas


Si analizamos el impacto de las diferentes medidas, aquellas que mayor efecto están teniendo en las empresas son las relativas a la contratación. Así, la desaparición del contrato de obra y servicio, y el fomento del contrato indefinido y del fijo-discontinuo es el cambio que mayor impacto está teniendo, con dos tercios de las empresas (65%) afectadas. Entre las empresas pequeñas (de menos de 50 trabajadores) la incidencia de este cambio normativo es ligeramente más alta y alcanza el 68%.


Por otro lado, también es destacable la repercusión que tiene la limitación del nuevo contrato eventual por circunstancias de la producción. La mitad de las empresas (54%) aseguran haberse visto afectadas por esta medida. Idéntico porcentaje (54% de empresas afectadas) registran los cambios en la regulación temporal: la incidencia de los nuevos ERTE y el mecanismo RED de flexibilidad y estabilización del empleo está siendo importante, sobre todo para las empresas medianas y grandes (60%).


3 de cada 10 empresas contratarán menos personal 


Más de la mitad de las empresas (54%) piensan mantener el crecimiento de la contratación previsto. En el caso de las compañías de más de 50 trabajadores, el porcentaje aumenta hasta suponer los dos tercios (65%) de las entidades medianas y grandes con previsiones de seguir aumentando la plantilla.


No obstante, el 30 % de las empresas señalan que contratarán menos personal debido al incremento de los costes que supone aplicar el nuevo modelo de contratación. Pero este dato tiene significativas diferencias en función del tamaño de la empresa: entre las que tienen menos de 50 trabajadores hay un porcentaje más alto (36%) que han reducido sus perspectivas de contratación; mientras que en las medianas y grandes (50 o más trabajadores) solo el 22% prevén incorporar menos persona.


Los cambios no solo tienen que ver con el volumen de contratación: también los procesos de selección pueden verse afectados. Así, el 30% de las compañías subcontratarán a especialistas que les ayuden en la selección, la cual se espera más exigente que antes. Esta tendencia aumenta hasta el 34% de las medianas y grandes (las de 50 o más trabajadores). Por otro lado, el 18% de las empresas ampliarán la contratación de personal dedicado a la selección.


Contrato indefinido


Durante 2021, se firmaron 19,4 millones de contratos, de los cuales solo el 11% eran indefinidos (sumando conversiones y contratos iniciales), según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Uno de los objetivos declarados del Gobierno con la reforma laboral ha sido combatir el peso que tenía la contratación temporal en el mercado de trabajo, limitando mucho las posibilidades de uso de los contratos temporales y eliminando completamente la tipología de obra y servicio.


El resultado está claro: el 76% de las empresas han optado por la contratación indefinida para cubrir sus necesidades de personal en lugar de los contratos de obra y servicio y los temporales. El 19% de las empresas externalizarán o subcontratarán algunos servicios y el 12% utilizarán el contrato de fijo-discontinuo. El 6% sustituirán a los temporales por autónomos.


El peso de los nuevos contratos temporales será residual: el 12% de las compañías usarán el nuevo contrato eventual por sustitución y el 13% el contrato eventual por circunstancias de la producción.


Pero estos usos de las diferentes modalidades contractuales también cambian en función del puesto que necesite cubrir la empresa. Así, aunque las contrataciones indefinidas aplican a todo tipo de puestos, se focalizarán en el ámbito comercial, en el sector de informática y telecomunicaciones (IT), en puestos de especialistas como programadores, ingenieros o técnicos, y en el sector hostelero, que lo utilizará para contratar camareros o cocineros.


Los servicios externalizados o subcontratados son los relativos a la gestión, la producción, la limpieza o el transporte. En cuanto a las contrataciones de fijo-discontinuo, destacan operarios, profesores, mozos de almacén y conductores como principales perfiles, los cuales destacan por ser sensibles a periodos estacionales. Finalmente, los autónomos se contratarán para perfiles técnicos y programadores.


Cambios en los perfiles de contratación


Además de los cambios en los modelos contractuales, la nueva filosofía de contratación puede favorecer que aumenten las incorporaciones de ciertos perfiles profesionales. Los datos apuntan a que, al apostar por la contratación indefinida, las empresas arriesgarán menos y buscarán personas que les ofrezcan más garantías: el 39% incorporarán en sus plantillas perfiles más cualificados y otro 39% se decantarán por perfiles con más experiencia. Los porcentajes de las compañías que contratarán perfiles más jóvenes o con menos experiencia (25%) o menos cualificados (17%) son sensiblemente más bajos, lo que confirma esa apuesta conservadora en la captación de personal.


Actualidad Laboral / Con información de Equipos y Talento