Lo que más le gusta a Laura Rojas de su nuevo horario laboral es encontrar a su hija de 8 años despierta y compartir las tardes con ella.

El tiempo que perdía en un trancón ahora lo invierte en leer, ver televisión y hacer tareas con su niña, María José. Rojas arranca su jornada a las 6:30 a. m. y termina a las 3:30 p. m. Su horario coincide con el de la escuela de María José, por lo que no está preocupada de que la pequeña esté sola.

Al igual que ella, en la capital antioqueña hay casi 20.000 personas que se benefician de horarios flexibles, iniciativa de siete empresas públicas y privadas para mejorar la calidad de vida de sus empleados, así como para ayudar a reducir el caos vehicular.

Esa medida, según el experto del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de Eafit, Daniel Carvalho, ayudaría a dividir el tráfico de la ciudad y más ahora, cuando hay cuatro megaobras de movilidad que implican el cierre de las principales arterias del centro, El Poblado y la autopista Norte.

Esta última, que tendrá cierres el 8 de abril por las obras de Parques del Río, recibe más de 100.000 vehículos en el día.

Precisamente, por el caos que generarán los desvíos de esos carros se propusieron los horarios flexibles.

El problema no solo es en vías, el metro tampoco es suficiente. Aunque la capacidad del sistema es para más de 1’000.000 de personas por día, hoy lo usan 700.000, pero la congestión en los vagones es porque la mayoría se concentra en las horas pico.

Para el experto en movilidad de la Universidad Nacional Iván Sarmiento, en la ciudad hay un déficit vial que tardará varias décadas en solucionarse. Es claro que Medellín es una ciudad en construcción permanente, por lo que habrá obras por mucho tiempo.

A la malla vial alterada por los trabajos se le suma que el parque automotor crece el 15 por ciento cada año. Entre carros y motos, hay 1’200.000 vehículos en la capital antioqueña.

Por todo eso, cuando Rojas salía a la hora pico tardaba casi dos horas en atravesar la ciudad, desde Envigado, en el sur del valle de Aburrá, hasta el barrio Sevilla, en el norte de Medellín, donde está ubicado su lugar de trabajo: Ruta N, que apoya ideas de negocios en ciencia y tecnología. Ella es la coordinadora de Gestión Humana y sabe cuánto han mejorado la calidad de vida y el rendimiento de sus compañeros en los tres meses que lleva la iniciativa.

En Ruta N, más de 100 personas pueden elegir entre siete horarios, que van desde las 6 a. m. hasta las 4 p. m. Eso –explicó Rojas– los ayuda a organizar su vida para que tengan más tiempo para su familia, el deporte y el estudio.

La flexibilidad también beneficia a la compañía. “Gracias a esos horarios disminuyeron las horas muertas. La gente ya no pierde tanto tiempo”, detalló. Y agregó que hay personas más entregadas y con más ánimo para trabajar.

La Alcaldía de Medellín, que tiene casi 6.000 empleados, se sumó a la iniciativa hace dos semanas. Jorge Mario Velásquez, subsecretario (e) de Talento Humano, explicó que en los rostros de los servidores públicos se nota el cambio. Hay más tranquilidad y compromiso.

Entre tanto, Juan Felipe Montoya, vicepresidente de Recursos Humanos del Grupo Éxito, dijo que desde el 2012 la entidad creó el programa ‘Tiempo para ti’ para que los empleados tuvieran un equilibrio entre la vida personal, familiar y laboral.

Explicó que el programa permite que los trabajadores tengan ocho opciones de horario, y pueden rotarlo cada semestre.

El año pasado, cerca de 2.300 empleados eligieron el horario para ingresar y salir de su jornada laboral.

De acuerdo con las encuestas internas, el 92 por ciento de los beneficiados aseguraron que el Éxito es un buen lugar para trabajar.

Por su parte, Diego Vélez –director de Medellín, Ciudad Inteligente– contó que los horarios flexibles rompen con el paradigma de trabajo basado en cumplimiento de horas y no de objetivos.

En los seis meses que lleva la iniciativa, identificaron que lo que más motiva a los empleados es disfrutar con su familia antes de que se oculte el sol.

A la propuesta también se unieron EPM, Suramericana y la Universidad Eafit. El horario al que más se acomodan las personas es el de las 6 a. m. hasta las 4 p. m.

Mientras tanto, madres como Laura Rojas pueden trabajar sin descuidar a sus hijos por los mismos ingresos.

No todos deben cambiar

Iván Sarmiento, experto en movilidad de la Universidad Nacional, explicó que Medellín tiene suficiente oferta de jornadas con ingresos y salidas en horas valle.

Para él, no se trata de que todo el mundo cambie la hora, porque eso hará que el pico se desplace.

“Para mejorar la movilidad, lo ideal es que el 20 por ciento de las personas cambie de jornada. Mientras unos se mueven, otros deben quedarse en el tradicional”, dijo.

Según su análisis, la medida de pico y placa, implementada en la ciudad en el 2005, desplazó horarios. Las universidades inician labores a las 6 a.m. y el comercio, a las 9 a. m.

Por ello, el experto recomienda analizar los horarios actuales para saber cuáles mover.

Actualidad Laboral / Con información de El Tiempo