24-11-2023

Los salarios en España están subiendo. No es para menos: con la inflación agujereando el bolsillo de los hogares, lo normal era que las nóminas recuperaran algo de oxígeno. Pero no todos los salarios están subiendo.


El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado sus datos de salarios mensuales y, a primera vista, la noticia es positiva: el sueldo medio de los trabajadores españoles toca máximos en 2022.


Concretamente, el salario medio bruto alcanzó los 2.128 euros mensuales, el nivel más alto de la serie histórica, que comienza en 2006, en plena efervescencia de la burbuja inmobiliaria. Se trata de una subida del 2% respecto a 2021, con la que se suman 6 años seguidos de incrementos salariales, después de que en 2016 bajaran por primera vez en 10 años.


Pero, ¿todos los salarios suben? Mientras que el sueldo de los trabajadores temporales escala a máximos nunca vistos, los indefinidos ganan menos que antes. Es la primera vez en la historia que esto ocurre.


El salario de los empleados temporales se disparó un 6,16%, hasta los 1.684 euros brutos al mes. Se trata de la mayor subida registrada en los últimos 3 años, y del sueldo más alto jamás percibido por un trabajador con este tipo de contrato en España, al rebasar por primera vez en la historia la barrera de 1.600 euros al mes.


Un dato positivo, sin lugar a dudas, al que ha contribuido la mejora de márgenes empresariales, la firma de nuevos convenios, o la mejora del salario mínimo aprobada año tras año por el Gobierno, hasta llevarlo hasta los 1.080 euros en 14 pagas.


"Parte de la mayor subida salarial del empleo temporal puede deberse a una mayor proporción de perceptores del SMI, que subió un 3,6% en 2022", aclara Leopoldo Torralba, economista senior de Arcano.


El problema es que los empleados indefinidos no han catado, ni de lejos, esa subida. Los trabajadores con contrato fijo han pasado de ganar 2.252 euros en 2021 a 2.247 euros en 2022. Una caída del 0,2% que, si bien no supone una pérdida salarial enorme, sí que es importante por dos razones:


La primera, porque si la inflación sube y los salarios caen significa que los trabajadores están perdiendo poder adquisitivo doblemente: por el propio recorte salarial y por la pérdida en térmios reales derivada de la subida de precios.


En segundo lugar, porque es la primera vez en la historia que los sueldos de los temporales suben, mientras que los fijos ganan menos. Ha habido años con recortes en los dos tipos de contrato, coincidiendo con épocas de vacas flacas, ha habido años en que los temporales ganaban menos y los indefinidos más, pero nunca había pasado en sentido inverso.


La pérdida salarial de los trabajadores con contrato indefinido puede tener que ver con el boom de fijos-discontinuos y su impacto en las estadísticas.


"Al pesar más empleados de menor valor añadido, el salario medio cae de un año para otro", confirma Torralba.


Si antes de la reforma laboral apenas había fijos discontinuos, en 2023 llegaron a rozar el millón. En junio de este año, por ejemplo, se registraron 631.810 nuevos contratos indefinidos, de los que un 40%, casi la mitad, fueron fijos-discontinuos (251.967, concretamente).


"Entre los fijos discontinuos puede haber más precariedad incluso, pese a estar dentro de la modalidad de indefinidos", observaba Marcel Jansen, investigador de Fedea. La caída en el sueldo de empleados indefinidos en 2022 puede estar reflejando esa precariedad derivada del aumento de contratos fijos-discontinuos sobre el total de indefinidos.


Los fijos-discontinuos son una modalidad contractual entre lo indefinido y lo temporal: a pesar de contar en las estadísticas como contratos indefinidos ordinarios, en la práctica llevan aparejada algún tipo de temporalidad.


Por ejemplo, un temporero que trabaja 150 días al año. Con este contrato formaría parte de la plantilla de forma fija, pese a no trabajar todo el año, y la empresa estaría obligada a llamarle cada vez que inicie su actividad. Pero, ¿qué ocurre mientras no le llaman? Que se va al paro, igual que uno temporal.


Antes, los contratos fijos-discontinuos eran un rara avis en el mercado de trabajo. Pero cuando la reforma laboral se cargó los contratos por obra o servicio y puso coto a la contratación temporal, los fijos-discontinuos empezaron a popularizarse para actividades estacionales como el turismo o la agricultura, donde las empresas tiraban de contratos temporales.


Actualidad Laboral / Con información de Business Insider