Una entrevista de trabajo puede hacer que te sientas igual que si fueras el protagonista de una obra de teatro. De hecho, en muchas ocasiones, los nervios pueden jugarte una mala pasada y hacer que arruines esa oportunidad que tanto habías estado esperado.

En especial, si el entrevistador te hace una pregunta difícil para poner tus neuronas a prueba.

La cura para no ponerse nervioso en una entrevista de trabajo es simple: práctica.

Para ello, puedes pedir a tus amigos que te hagan las típicas preguntas que te haría tu futuro jefe o el encargado de RRHH de la compañía a la que quieras entrar.

También debes dejar de esforzarte en impresionar al entrevistador, ya que no sabes exactamente qué cualidades busca para ese puesto.

Si, aún así, los nervios se apoderan de ti, es posible que caigas en 5 errores que pueden costarte el trabajo de tu vida, así que intenta evitarlos.

No alardees

El primero de ellos es alardear sobre ti mismo. En vez de contarle lo maravilloso que eres o los numerosos halagos que has recibido en tu anterior trabajo, cuéntale todo lo que has aprendido en ese tiempo.

De toda formas, si los nervios te traicionan y te das cuenta de que estás alardeando (por ejemplo, dices algo parecido a: “Yo era uno de los mejores empleados del departamento”), puedes arreglarlo con una frase similar a esta: “Lo que he querido decir es que me encantaba mi trabajo y aprendí muchísimo”.

Escucha

Otro de los grandes problemas de los candidatos a un puesto, es que están tan pendientes de contestar bien y de causar buena impresión que se olvidan de escuchar las preguntas que les hacen.

En este sentido, debes escuchar cada palabra que diga el entrevistador, y sólo debes empezar a hablar cuando sea tu turno.

En ocasiones, es bueno que te tomes unos segundos antes de responder con una frase como esta: “Esa esa una buena pregunta, necesitaré un segundo antes de responderla”.

Los buenos entrevistadores preferirán que recapacites antes de que respondas lo primero que se te pase por la cabeza.

“¡Yo he hecho eso!”

Uno de los grandes errores que se cometen en una entrevista de trabajo se produce cuando tu futuro jefe comienza a describir las tareas que deberás desempeñar si al final deciden contratarte.

En este sentido, evita decir continuamente: “¡Yo he hecho eso!“. Esta frase no es nada convincente, a menos de que la acompañes con una historia relacionada.

Está bien que muestres al entrevistador cómo desempeñabas tu anterior empleo, pero no cometas el error de aburrir al responsable de RRHH con tus historias.

Dar consejos sin que los pidan

Otro de los errores que se cometen cuando se está en medio de una entrevista de trabajo es dar consejos sin que te los pidan.

Por ejemplo, si un entrevistador está describiendo cómo gestionan los envíos de una empresa, a pesar de que tú sepas una forma mejor de hacerlo, no lo comentes a menos que te lo pregunte.

Puedes dar la impresión de ser un “sabelotodo” y eso no es un punto positivo para ti.

Ofrecer pruebas “débiles”

Otra cosa relacionada con el punto anterior es el hecho de ofrecer pruebas “débiles ” o vacías.

Es decir, si el entrevistador te pregunta cómo mejorarías su servicio de envíos, no puedes remontarte a cómo se hacían hace diez años.

Es decir, demuestra lo que sabes y responde algo que verifique que controlas el tema. Por ejemplo, puedes decirle cómo aprendiste a desarrollar esa técnica o cuáles son las posibilidades de implementarlas en su empresa.

Actualidad Laboral / Con información de TicBeat