Cuando comenzamos a trabajar en una empresa es habitual que las primeras semanas y meses no sepamos reconocer de qué pie cojean nuestros compañeros de oficina. El ambiente laboral en esos días del principio suele ser muy diferente al que podemos notar según pasa el tiempo. Una vez se entra en confianza, es el momento en el que conocemos el verdadero carácter de las personas.


La experta en psicóloga social, Tessa West, ha estado estudiando durante casi 20 años cómo se comunican las personas. "Muchos de nosotros hemos trabajado con alguien que tuvo un efecto negativo en nuestro bienestar emocional", ha recocido la profesional a la CNBC. En su investigación, la West ha podido encontrar siete tipos de personas tóxicas en la oficina y ha señalado cómo tratar con ellos.


Los derribadores


Este tipo de personas se caracterizan por tomar cualquier acción con el fin de poder ascender y lograr alcanzar las metas marcadas. Entre las cosas que estarían dispuestos a realizar, la experta asegura que se incluye el sabotaje. Para poder identificarlos, la psicóloga detalla que debemos fijarnos en tres claves. En primer lugar, si nos menosprecian frente a los superiores. También si se reservan su carácter más tóxico en los momentos privados, con pocas personas. Por último, si se ofrecen constantemente a hacer favores extra a los jefes.


Para hacer frente a este tipo de personas, la experta considera necesario que busquemos aliados que puedan ofrecernos un control de la realidad: "Los mejores están bien conectados en muchos niveles de la organización y pueden brindarle una imagen precisa de cuán generalizado es su problema".


Otra forma de gestionarlo es tratándolo directamente con el responsable. Habrá que recopilar los datos necesarios para detallar bien las experiencias, basando este documento en comportamientos y no en emociones. En el caso de estar en una posición de superioridad, deberemos de crear reglas que le den a todos la misma oportunidad.


Los farsantes


Estas personas son capaces de manipular a otra para hacerle creer que debe dudar de su propio criterio. West hace referencia a este tipo de trabajadores como los "gaslighters". Estos "mienten con la intención de engañar a gran escala", son farsantes que crean una ilusión para tratar de salirse con la suya. Para ello, el primer paso que dan es aislar a sus víctimas, luego construyen lentamente una realidad que se adapta a sus necesidades.


Podemos identificarlos si tratan de hacernos sentir parte de algo especial o si intentan destruir nuestro sentido de autoestima. La mejor forma de lidiar con ellos es documentando todo lo que nos hagan, guardando pruebas para luego poder retratarles. Otra posibilidad es la de construir un nuevo círculo social.


Los acapara-créditos


Estos trabajadores son los que tratan atribuirse todos los méritos de un proyecto. "Los ladrones de crédito son lobos con piel de cordero. Pueden parecer tus amigos, pero traicionarán tu confianza si tu idea es lo suficientemente buena como para robarla", ha explicado la experta. Podremos reconocerlos cuando en momentos de ambigüedad traten de hacerse con todos los créditos o también cuando intenten fingir ser alguien en quien podemos confiar.


Si estamos ante un caso de este tipo lo mejor que podemos hacer es convertirnos en una persona imprescindible para nuestros directores, asegurarnos de que se escucha a las personas adecuadas o repartir de forma anticipada qué persona va a hacer cada parte del trabajo.


Los excavadores


La profesional de la psicología describe a estos asalariados como "empleados experimentados y bien conectados que no tienen miedo de mostrar sus músculos para conseguir lo que quieren". Si queremos conocer si estamos ante una persona de este tipo, deberemos observar si exhiben su poder al poco tiempo de conocernos o si atemorizan a los jefes vulnerables para que se sometan.


West recomienda que para tratar con estas personas debemos hacer oír nuestra voz o informar a los responsables de actitudes que puedan ser perjudiciales.


Los microgestores


"Son capataces impacientes que no respetan su espacio y tiempo personal" ha advertido la experta. Este tipo de personas suele trabajar duro, pero su empeño no se traduce en una mejor productividad. Si estamos ante un trabajador de este tipo, lo reconoceremos si asigna labores en una línea de tiempo irrazonable o si ordena tareas aburridas solo para mantenernos ocupados.


Las claves para tratar con ellos pasan por tener una conversación sobre los objetivos generales, establecer expectativas mutuamente acordadas o tener reuniones breves y frecuentes.


Los incapaces


Este tipo de personas está más vincula con puestos de dirección. Según West, los jefes negligentes siguen un proceso de tres pasos: largos períodos de descuidos, una acumulación de ansiedad por la falta de control sobre las cosas y una oleada de presión y supervisión sobre nosotros para aliviar ese sentimiento. Estos trabajadores suelen ignorarnos durante largos períodos de tiempo y luego, último momento, vuelven a aparecer para ejercer el control. Asimismo, es poco común que estén disponibles cuando los requerimos.


La forma más correcta de lidiar con ellos pasa por asumir pequeños trabajos que liberen nuestro tiempo o solicitar una reunión con los responsables, aunque sea breve, en un plazo de tiempo corto para tratar las necesidades del equipo.


Los poco trabajadores


El "pasajero gratuito", dice West, es aquel trabajador que no hace nada y es recompensado, a pesar de todo. Los podremos reconocer cuando asuman una tarea que es importante, pero requiere muy poco esfuerzo, cuando rechacen trabajar en equipos donde es difícil atribuir el crédito por las contribuciones individuales.


Para poder superar a este tipo de personas, deberemos de realizar comprobaciones periódicas de imparcialidad en su flujo de trabajo, evitar las confrontaciones y establecer unos límites y normas.


Actualidad Laboral / Con información de LaInformación