Estar, pero no estar. El presentismo laboral es un fenómeno causado por diversos factores, desde padecimientos físicos o mentales hasta desmotivación, lo que se traduce en baja productividad y errores por falta de concentración, entre otros.


Es difícil detectarlo, aparentemente la persona está laborando, pero mentalmente puede estar desconectada del trabajo o no tiene un buen desempeño. Eso es el presentismo laboral, un fenómeno que afecta el rendimiento de las personas, los resultados del negocio y que puede generar costos más elevados que el ausentismo.


“Es estar en el lugar de trabajo sin realizar las actividades adecuadamente, esa es la definición más amplia. Pero el presentismo se caracteriza porque no hay una intencionalidad de no hacer nada o bajar el desempeño, no es una acción buscada, son factores que impiden a los trabajadores ejecutar sus tareas”, explica Jorge Mérida, socio creativo de la firma ADN Wellbeing.


La baja productividad, los errores por falta de concentración, la nula capacidad de innovar y hasta un nivel mayor de siniestralidad son algunas de las consecuencias de este fenómeno. Para Jorge Mérida, el presentismo laboral se presenta por factores como problemas físicos o mentales, falta de metas claras o carencia de herramientas adecuadas para realizar las tareas.


Este fenómeno tiene un componente cultural, expone Ana Estrada, directora general de Brújula Interior. A decir de la especialista, esta conducta es consecuencia de la relación que aún existe entre presencialidad y productividad, misma que frena en algunas empresas el avance hacia nuevas formas de trabajo.


“Está comprobado que la presencia por sí misma no aumenta la productividad. Y aquellas empresas y jefes que confunden el estar presente con el desempeño, se les traduce en lo contrario. El disparador de la productividad más importante son las métricas bien definidas, pero si no contamos con esto, lo que ocurre es que las personas no se comprometen, sólo van, se sientan y queman el tiempo”, opina Ana Estrada.


“La señal más clara es quizá la no obtención del producto o servicio en el tiempo asignado. Y aquí es dónde se deben explorar las causas, por qué no pueden hacer las personas su trabajo: ¿Es por herramientas, hay algún padecimiento, les preocupa algo del trabajo o de sus casas?”, reflexiona Jorge Mérida.


Impacto del presentismo laboral


“Hay por lo menos tres niveles donde se ve el impacto de este fenómeno. El primero son los resultados; el segundo punto es que otros colaboradores copian esa conducta y el tercer nivel de afectación es la rotación, porque si tienes buen talento, en ese ambiente, son los primeros que renuncian”, apunta Ana Estrada.


La consultoría Sistemas Humanos (SH) advierte que el presentismo puede ser peor que el ausentismo, porque genera mayor decremento de la productividad y más gastos.


Por ejemplo, detalla la firma, “un colaborador se dedica a la producción de autos y es necesario tener contacto con maquinaria peligrosa; él se presenta a trabajar aun estando enfermo. Lamentablemente la fiebre comienza a tener estragos más fuertes y tiene un accidente. La empresa tendrá la obligación de cubrir gastos médicos”.


¿Cómo detectar a un colaborador con presentismo? De acuerdo con SH, éstas son algunas señales:




  • Hay una carga laboral excesiva

  • Falta de concentración

  • Hay una tendencia a ser disperso, invierten mucho tiempo en redes sociales, por ejemplo

  • Las quejas son constantes y de todo, generalmente todos los comentarios son negativos y sin propuestas


¿Qué se puede hacer para enfrentar este fenómeno?


Para Jorge Mérida, un manera de combatir el presentismo laboral es medir la productividad. “Creo que si se mide, nos daría una pista de lo que está ocurriendo y cuáles son las barreras, y en estas limitantes podríamos encontrar aspectos como falta de herramientas, capacitación o, incluso, literalmente que las personas no tienen nada qué hacer”.


Algunas recomendaciones de la firma SH para combatir el presentismo son:




  • Mejorar la comunicación interna con los colaboradores

  • Apostar por la flexibilidad horaria

  • Definir objetivos específicos para cada rol

  • Clarificar las tareas a cada empleado


“Un colaborador presentista suele ser difícil de detectar, ya que acude todos los días al trabajo, cumple con su horario y aparenta tener una carga grande de actividades por realizar, sin embargo, su desempeño es bajo y sus contribuciones son nulas”, subraya la consultoría de Recursos Humanos.


Por su parte, Ana Estrada considera que un paso adicional importante es la formación de líderes que se sientan más cómodos en modelos de trabajo que no son totalmente presenciales y que comuniquen con claridad las funciones a los trabajadores.


Actualidad Laboral / Con información de El Economista México