Los chismes son un fenómeno natural de todos los puestos de trabajo, pero en un entorno favorable 'radio macuto' se puede convertir en un canal de comunicación que ayuda a conectar a las personas.

Suele ser en la máquina de café o en una esquina alejada del puesto de trabajo donde radio macuto está siempre encendida, o lo que es lo mismo, donde surgen los chismes de la oficina. Se dan en todas las empresas y son los propios empleados los que, de manera voluntaria, difunden la información y hacen que llegue rápidamente a toda la plantilla. Sin embargo, al mismo tiempo que estas elucubraciones pueden generar inseguridades, muchas veces también pueden servir como válvula de escape.

Es fácil que un rumor llegue a tus oídos y más sencillo aún que éste afecte a tu trabajo. "En general, se trata de especulaciones que no están confirmadas. A veces, se lanzan para crear una simple conversación, pero otras tienen una intención estratégica para observar las reacciones que ocasionan, tanto dentro como fuera de la compañía", explica José María Gasalla, profesor de Deusto Business School. Por eso, es importante que, para que ese chisme no repercuta en tu trabajo, te pares a pensar si quien te lo ha contado es una persona fiable, qué beneficio obtienes con esa información y qué perderías si no estuvieras al tanto de ella. Lo más peligroso no es tanto si es verdad o mentira, sino la intención que hay detrás de su difusión.

Situaciones

Es en los casos de cambios drásticos y en los que no se difunde información de manera oficial, cuando se tiende a magnificar los rumores. La distorsión de las noticias es típica de las organizaciones en las que no existe una política de comunicación clara y, por lo tanto, los profesionales se ven obligados a rellenar el espacio que deja la incertidumbre con creaciones propias. Por ejemplo, cuando hay novedades en la estructura de la empresa, a los trabajadores no les importa tanto cómo va a evolucionar la firma, sino cómo les va a afectar a ellos, si va a haber despidos o no."Aunque esa situación es una de las más críticas, también hay que tener especial cuidado con aquellos comentarios en los que el morbo es el principal aliciente. Puede suceder cuando comienzan a circular opiniones sobre algún compañero y, por ello, se empieza a poner en duda su trabajo", explica Jorge Cagigas, socio de Epicteles.

Sin embargo, no debes temer a todos los rumores. Estos también pueden funcionar como un canal más de comunicación. Cuando se producen en un entorno favorable, no tiene nada de malo emitir y escuchar opiniones a la hora de la comida o en el ascensor. No todo puede quedar recogido en la intranet y estos intercambios pueden ser un buen complemento de la información oficial, además de un desahogo en momentos complicados.

Bien utilizados, los rumores se pueden transformar en conversaciones de las que surgen ideas, se comparten inquietudes y se resuelven dudas. También es una oportunidad para que nazcan líderes de opinión. Los que asuman este rol podrán transmitir el punto de vista de los empleados para que se valore más dentro de la empresa. Además, estar cerca de estos profesionales te ayudará a estar al tanto de todos los movimientos. Así en el caso de que las cosas se empiecen a torcer te servirá para contrastar la información que llegue a tus oídos, no perder tu tiempo en creer asuntos que son falsos y considerar si es relevante o no para tu trabajo.

Lo que está claro es que los rumores forman parte del día a día de la oficina, así que lo importante es no convertirlos en un factor tóxico. Así opina, Montse Ventosa, socia directora de Grow, "sirven de conexión entre las personas y fortalece la cultura. Además, es un dotador de sentido. Las compañías fallan mucho en comunicación, sobre todo, en los momentos difíciles, por lo que es natural que comiencen a surgir los chismes. Esto permite a los empleados comprender la realidad, puede que sea de una forma equivocada, pero siempre es mejor que no entenderla".

El origen de las conversaciones

Los rumores ya no sólo nacen y se difunden dentro de la oficina, sino que Internet se ha convertido en un escenario ideal para que los más cotillas den rienda suelta a su imaginación. Si la empresa es muy jerárquica y no es transparente con sus empleados, se corre un gran riesgo de que los trabajadores se enteren por las redes sociales de los cambios de la compañía y no a través de sus jefes. Cuando estas conversaciones se generan en la Red existe el peligro de que se viralicen y empiecen a opinar tanto miembros de la plantilla como gente de fuera. Así es mucho más fácil que los acontecimientos se magnifiquen y que terminen perjudicando gravemente a la imagen de la empresa. Por eso, es importante detectar dónde comenzó el rumor, quién lo lanzó y con quién se ha interactuado.

Gestiona bien los chismes

Uno de los aspectos más complicados para los emprendedores, una vez han puesto en marcha su idea, es la gestión de personas y cómo comunicarse con ellas. No intentes combatir los rumores, son un fenómeno natural de todas las oficinas.

  • Siempre debes comunicar. Invertir tiempo en transmitir la información te ahorrará malos entendidos.

  • Tienes que escuchar. No basta con enviar un 'email'. Hablar cara a cara es más eficaz.

  • Debes tener empatía con la otra persona y pensar cómo sería estar en su lugar.

  • Actúa con coherencia e integridad. Haz lo que dices que vas a hacer y si no puedes cumplirlo, reconócelo.

  • Debes comunicar las malas noticias, si no los chismes se magnificarán.

  • Reúnete lo justo, las reuniones deben ser eficaces, para tomar decisiones claras.

  • Es importante que transmitas el por qué de los cambios para que todos los comprendan.

  • No olvides reconocer el buen trabajo, ya que es fácil que pase desapercibido.

  • Si un profesional comete un error, explícale las causas del problema para que no lo vuelva a cometer.

  • No hay un solo estilo de comunicación, sé natural y fiel a tus valores.


Actualidad Laboral / Con información de Expansión