En la capital mundial de la tecnología se habla muy poco español.

Criticado por su poca diversidad cultural, Silicon Valley, el paraíso tecnológico estadounidense en donde se asientan las empresas más poderosas del planeta, cuenta con muy pocos latinoamericanos que puedan decir que hayan triunfado ahí, Meyer "Micky" Malka es uno de ellos.

Venezolano de nacimiento, los medios se refieren a él como la persona a la que los latinoamericanos llaman cuando quieren entrar al que todos nos imaginamos como el exclusivísimo mundo de Silicon Valley.

Pero lo que a él le llama la atención es precisamente que, en principio, está abierto a todos.

"Es totalmente meritocrático, no importa a qué familia perteneciste ni a qué colegio fuiste", le dice a BBC Mundo.

Desde la adolescencia, Micky Malka quería lograrlo

"Soy un emprendedor desde los 17 años, había arrancado cuatro o cinco empresas distintas en América Latina, alrededor de los servicios financieros. Me fue bien. Pude trabajar en toda la región y sentí que venir a Silicon Valley era jugar en las Grandes Ligas".

Malka asegura que un elemento importante para conseguir abrirse paso en el terreno donde juegan Apple, Google y tantas otras firmas legendarias, es tener las ganas.

"Tienes una idea y quieres venir al mejor lugar del mundo a ejecutarla. Llegas acá y te das cuenta que tu idea no es la mejor".

Pero siguió adelante.

Nueve años después, a los 41 años de edad, está al frente de Ribbit Capital, un fondo de capital de riesgo. Se especializa en invertir en firmas de tecnología para el sector financiero. Hasta el momento ha recaudado más de US$400 millones en capital para su empresa.

El New York Times asegura que es el cuarto mayor monto recaudado por cualquier fondo de capital de riesgo basado en Estados Unidos fundado desde 2012.

Emprendedor e inversionista

Micky Malka dice que en su mundo pesa tanto la destreza tecnológica como la capacidad empresarial.

"Es una mezcla. En mi caso tengo las dos. Empecé a hacer negocios en bolsa a los 17 años, pero tengo conocimiento tecnológico. Programaba en computadora desde los 13 años. Me considero un emprendedor en el corazón, inversionista por diseño".

Silicon Valley tiene gente muy creativa, pero también con capacidad de ejecutar, asegura.

Ello ayuda a explicar que ese pequeño valle a las afueras de San Francisco, en California, sea el epicentro global de la economía del conocimiento.

Malka sigue siendo un punto de referencia para los latinos que llegan probando suerte a Silicon Valley como lo hacen los aspirantes a actores en Hollywood: los que quieren triunfar en grande.

"Cuando yo llegué acá hace casi nueve años, no había muchos latinos como referencia. Tal vez dos o tres personas. Tenían el papel de recibir y ayudar y escucharte. Como toda generación, pasan la batuta".

Respeto al fracaso

Silicon Valley es difícilmente repetible.

Esperar un despegue tecnológico similar en América Latina es una quimera. Pero Malka cree que el principal obstáculo para lograrlo no es de infraestructura o de recursos sino cultural, de mentalidad.

El fallecido cofundador de Apple, Steve Jobs, es visto como uno de los grandes visionarios de la industria. Tuvo muchos éxitos y fracasos.

"Los esfuerzos del gobierno ayudan mucho, pero para lograr este tipo de lugar no es solamente construir edificios bonitos, o subsidiar plata. Lo que más falta en América latina es aceptar el fracaso", dice Malka.

"De todas las empresas que he iniciado, (fue) la única que no funciónó. Pero el hecho de estar en un lugar en el que el fracaso es admirado, respetado y te da lecciones para hacerlo mejor la próxima vez, me dio chance de hacer la siguiente que me salió bien", recuerda.

"Eso en América Latina te pasa y más nadie te apoya".

Lo que no quiere decir que sea totalmente pesimista frente a América Latina.

"Yo soy muy optimista. Pero creo que la fibra social no está diseñada para eso todavía. Va a haber emprendedores y muchas buenas ideas pero van a ser muchas menos que la cantidad que deberían haber".

¿Y el secreto de los que han triunfado?

"Es la capacidad de aprender y rodearse de gente mejor que uno", asegura Micky Malka.

Actualidad Laboral / Con información de BBC Mundo