Un cerebro saludabe, así como un cuerpo sano, depende mucho de cómo lo tratemos. Y no, mantenerlo no requiere de ejercicio físico sino más de voluntad para evitar caer en malos hábitos que lo perjudican.


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen al menos nueve hábitos que causan enorme daño al cerebro y eso nos lleva a no ser activos y ágiles en algunos momentos.


NO desayunar


El desayuno debe constituir entre el 15 y 25% de nuestra energía diaria. Sin restarle importancia al resto de comidas que se realizan en el día. Lo primero que ingerimos al despertarnos rompe una situación de ayuno mantenida durante un tiempo considerable (desde la última ingesta del día anterior), por lo que supone una reorientación de los procesos metabólicos: se pasa de utilizar las grasas como fuente de energía a emplearse con preferencia la glucosa.


Acostarse muy tarde


A corto plazo, el tener un sueño inadecuado puede afectar el humor y la concentración.


Es cada vez más común escatimar en esta necesidad del cuerpo, intentando sobre todo rascar horas al día para dedicarlas al ocio que las largas jornadas laborales no nos permiten.


La falta de sueño a largo plazo se ha visto asociada con una amplia gama de consecuencias indeseables que afectan a la salud cardiovascular, la presión sanguínea, la obesidad, la diabetes, la salud mental y la función inmunológica.


Usar gorro y calcetines para dormir


NO lo haga. Cuando uno duerme con la cabeza cubierta, aumenta la concentración del dióxido de carbono en el cerebro. En cuanto a usar calcetines, si tenemos problemas de circulación no nos ayuda a mejorar el retorno venoso y la sangre tarda más en llegar desde los pies al corazón.


Fumar


Quien fuma en exceso promueve la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia senil.


Los fumadores tienen un riesgo significativamente mayor de padecer estas enfermedades que el resto de la población. Según los propios datos recogidos por la Organización Mundial de la Salud en 2014, hasta un 14% de los casos anuales de demencia a nivel mundial podría atribuirse a este hábito.


Consumir bebidas alcohólicas


El consumo excesivo de alcohol causa una disfunción aguda y crónica del cerebro. La ingesta de sustancias de este tipo mata a largo plazo a las neuronas y reduce la velocidad con la que se transmiten los impulsos nerviosos al cerebro, llegando a producir trastornos en el sistema nervioso central y alteraciones en la memoria y en las funciones intelectuales como cálculo, comprensión y aprendizaje.


Consumir azúcares


Una dieta no saludable y balanceada van afectando el cerebro hasta traer graves enfermedades.


Evitar lugares contaminados


El cerebro necesita un suministro constante de oxígeno, pero diferentes sustancias tóxicas podrían interferir con el intercambio de gases, transporte y procesamiento de oxígeno hacia las células, lo que reduce la eficiencia cerebral.


Estrés


Controle. El estrés provoca varias reacciones al sistema nervioso, algunas de las cuales reducen la capacidad mental y también aumentan el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y ataques cardíacos.


No hacer ejercicios mentales y físicos


El cerebro necesita que le demos estímulos diversos, los juegos de mesa funcionan de lo mejor. Además, esto debe ser combinado con al menos un poco de actividad física


Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios