No sólo se trata de la cantidad de mano de obra que los robots pueden ahorrar, sino también de cuánto trabajo pueden generar.

La automatización permite a las empresas reducir en el costo de los productos y, recientemente, bajar sus precios, lo que significa que más personas pueden permitirse el lujo de comprar lo que está a la venta, de acuerdo con los investigadores Anna Salomons, Ulrich Zierahn y Terry Gregory de la Universidad de Utrecht y del Centro ZEW de Alemania.

El estudio realizado en conjunto, y publicado esta semana, demuestra que aunque las máquinas reemplazaron algunos de los trabajos que efectuaban los humanos en la Unión Europea entre 1999-2010, a la larga, el aumento en la demanda de productos ha hecho que el número de puestos de trabajo en otros sectores de la economía creciera a un ritmo más rápido.

“Supongamos que tiene una empresa que hace las dos cosas - fabrica un producto pero también emplea a personas a cargo de la gestión, venta y comercialización”, dijo por teléfono Gregory desde ZEW, en Mannheim. “Las tareas repetitivas como el trabajo en la línea de montaje se están automatizando, pero la misma empresa se vuelve a su vez más productiva, lo que permite bajar el precio de los productos.

Robots en la línea de ensamble

Esto significa que puede vender más, lo que se traduce en más trabajo en el otro lado del negocio, especialmente en el que se centra en tareas no rutinarias”.

Aunque el equipo estima que se perdieron aproximadamente 9.6 millones de puestos de trabajo debido a las innovaciones técnicas en las regiones de la Unión Europea bajo estudio, unos 8.7 millones de empleos se sumaron directamente debido al aumento de la demanda de productos.

Puesto que las personas podían adquirir artículos más baratos, el aumento resultante ha tenido lo que se conoce como un “efecto multiplicador”. Así la demanda de mano de obra crece aún más dentro de toda la economía.

Automatización

Para cuantificar este efecto, el estudio desglosó el multiplicador en estimaciones de límite superior e inferior.

El cálculo del límite superior, que dice que el empleo creció 11.6 millones de puestos de trabajo durante el período, supone que todos los ingresos se reinvierten en la economía local.

El cálculo del límite inferior de 1.9 millones de puestos de trabajo se basa en la suposición de que sólo los ingresos salariales retroalimentan el consumo, mientras que el resto de los ingresos se gastan fuera de la Unión Europea.

En ambos casos se muestra que el efecto de la demanda de productos en el crecimiento del empleo ha sobrecompensado la caída inicial de la demanda de trabajo.

Claramente no todo es tan simple como decir que la automatización se traduce en creación de empleos en una proporción de uno a uno, pero el efecto dominó demuestra que el miedo a ser reemplazado por los robots en el futuro puede ser exagerado.

Actualidad Laboral / Con información de El Financiero