27-03-2024

El fabricante aeronáutico estadounidense Boeing, en crisis tras presentar varios problemas de seguridad en sus aviones, anunció la salida a finales de año de su director general Dave Calhoun, así como de otros ejecutivos.


"El mundo nos observa y sé que vamos a superar este momento para ser una mejor compañía", escribió Calhoun en una carta a los empleados en la que sostuvo que "la seguridad y la calidad son lo que anteponemos a todo".


Las acciones de la compañía subieron con el anuncio, que ocurre luego de que Boeing recibiera críticas a sus prácticas de control de calidad y fabricación.


El mes pasado, las autoridades de Estados Unidos dieron a Boeing un plazo de 90 días para presentar un plan sobre control de calidad. La Agencia Federal de Aviación Civil (FAA) estadounidense señaló que la compañía debe "comprometerse a una verdadera y profunda mejora".


Calhoun permanecerá al mando hasta finales de 2024, afirmó la compañía en su comunicado de prensa. Stan Deal, director de la división de aviación comercial, es sustituido con efecto inmediato por Stephanie Pope, actual directora operativa del grupo.


El presidente de la junta, Larry Kellner, adelantó además que no planea buscar la reelección en la asamblea general anual del grupo, según el comunicado.


Kellner ocupaba ese puesto desde finales de 2019.


La junta directiva eligió a Steve Mollenkopf, miembro de la junta ejecutiva de Boeing y exjefe del fabricante de chips Qualcomm, para sucederle. Como tal, Mollenkopf será responsable de encontrar un nuevo director ejecutivo para la compañía.


El fabricante de aviones se encuentra en plena crisis, luego de un accidente a principios de enero en un avión modelo 737 MAX 9 de la aerolínea Alaska Airlines, en el cual una puerta de la cabina se desprendió en pleno vuelo.


Además del accidente técnico a bordo del vuelo de Alaska Airlines, ya se habían reportado problemas de producción a lo largo de 2023, así como una serie de incidentes en 2024.


Clientes preocupados 


La empresa también enfrentó fuertes cuestionamientos por parte de las aerolíneas, que habían solicitado una reunión con la junta directiva de Boeing.


El incidente de Alaska Airlines volvió a poner a Boeing en el banquillo, un lugar que no le resulta extraño después de que el 737 MAX estuviera en tierra durante 20 meses tras accidentes fatales en 2018 y 2019.


La compañía se ha enfrentado a interrogantes tras varios otros episodios potencialmente peligrosos en las últimas semanas, incluido un incendio en el motor de un Boeing 747 poco después de despegar de Florida (Estados Unidos) en enero.


A principios de este mes, un avión Boeing 777 con destino a Japón tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia poco después de despegar de San Francisco cuando una rueda se desprendió y se precipitó en el estacionamiento de un aeropuerto, dañando varios automóviles.


La semana pasada, las autoridades neozelandesas abrieron una investigación después de que un Boeing 787 Dreamliner perdiera altura violentamente en pleno vuelo de Sidney a Auckland, hiriendo a algunos pasajeros.


Además de tener un mejor control de la seguridad y la calidad, Calhoun dijo que el nuevo director general de Boeing necesitará "saber cómo manejar un gran negocio de ciclo largo como el nuestro", incluyendo la supervisión del próximo avión de la compañía, una inversión de 50.000 millones de dólares.


Pope, que anteriormente dirigía Boeing Global Services, fue ascendida a directora de operaciones en enero. Se hará cargo inmediatamente de los aviones comerciales.


Licenciado en ingeniería eléctrica, Mollenkopf, miembro del consejo de Boeing desde 2020, dirigirá el proceso para supervisar al próximo consejero delegado.


Las acciones de Boeing subieron un 2,6% en las primeras operaciones.


Actualidad Laboral / Con información de Revista EyN