26-07-2017
La Mesa de la Unidad Democrática convocó a un paro y trancazo de 48 horas este miércoles 26 y jueves 27 de julio. Más de 300 organizaciones sindicales y trabajadores de la clase obrera se unieron a este llamado.

La huelga de 48 horas busca que el presidente Nicolás Maduro suspenda la elección de la Asamblea Constituyente, con la que los venezolanos temen se instaure el comunismo.

En vísperas de la huelga, la población acudió a supermercados y panaderías para abastecerse de alimentos, y miles cruzaron la frontera con Colombia para aprovisionarse o salir del país, ante la incertidumbre de lo que pueda pasar.

La semana pasada, la oposición organizó un paro de 24 horas con bloqueos de calles que dejó cinco muertos, lo que despierta temor a nuevos brotes de violencia.

Para el viernes, la coalición opositora convocó a una gran marcha en Caracas, bajo la amenaza de un “boicot electoral” en la votación para elegir a los 545 asambleístas de la Constituyente.

El rechazo a la Constituyente (según Datanálisis del 70) intensificó las protestas que iniciaron hace cuatro meses para exigir la salida de Maduro, que dejan un centenar de muertos, miles de heridos y cientos de detenidos.

Maduro enfrenta también el malestar de muchos venezolanos por la profunda crisis económica en que cayó el país, donde la comida y las medicinas escasean y los precios suben todas las semanas.

La oposición lo acusa de convertir a Venezuela en una dictadura y destruir su economía -pese a su riqueza petrolera; pero el mandatario sostiene que sus adversarios buscan derrocarlo con apoyo de Estados Unidos para afincar el neoliberalismo.

La patronal Fedecámaras y las principales centrales obreras apoyan la huelga.

Según la oposición, el paro anterior fue acatado en un 85%, pero el gobierno aseguró que fue un fracaso pues controla la estratégica industria petrolera (fuente del 96% del ingreso de divisas) y el sector público, de más de tres millones de empleados.

Actualidad Laboral / La Patilla