La economía mexicana tendrá una dura prueba en 2019 entre varias incógnitas, sobre si los planes del nuevo gobierno podrán dar el respaldo necesario para enfrentar la incierta atmósfera global, indicaron expertos. México mostró más resistencia de la esperada en 2018, con las alzas en las tasas de interés del Banco Central de México y la incertidumbre marcada por la renegociación del acuerdo comercial de América del Norte, explicó el economista jefe para América Latina de Continuum Economics, Pedro Tuesta.


"Pero el entusiasmo del mercado ha virado en 180 grados después de la elección (del presidente) Andrés Manuel López Obrador; y ahora, hay un pesimismo generalizado con respecto a las políticas del gobierno entrante", indicó Tuesta a la agencia de noticias Xinhua. "No se ve cómo el nuevo gobierno cumplirá sus promesas sin romper el presupuesto. Además de que existe una clara voluntad de emplear soluciones intervencionistas en los mercados de energía y agrícola, lo que podría acarrear un costo para la sociedad", agregó.


Una esperada caída en la confianza inversora llevó a Tuesta a rebajar, recientemente, su pronóstico para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2019, a un 1,8% desde el 2,2% anterior, con un "alto riesgo" de un nuevo recorte. Por ahora, explicó Tuesta, el consumo y la expansión fiscal podrían prevenir una desaceleración "más dramática".


López Obrador, del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ha prometido elevar el crecimiento económico del país; esto mediante el combate a la corrupción en las finanzas del gobierno, para destinar esos recursos a proyectos productivos. Su gobierno, que inició funciones el pasado 1 de diciembre, presentó el 15 de diciembre su plan presupuestal al Congreso, el cual generó varias interrogantes en algunas variables económicas, aunque en términos generales, dio un alivio al preservar la disciplina fiscal que el país ha seguido por años. El Congreso de México dio el 24 de diciembre la aprobación final al presupuesto del próximo año, sin grandes modificaciones con respecto a la propuesta original.


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El director general de Análisis de la calificadora mexicana HR Ratings, Felix Boni, explicó que el esquema presupuestal de López Obrador es positivo, pero habrá que poner una particular atención a ciertas variables. "El precio del petróleo, el nivel de producción de crudo, el tipo de cambio y la inflación son los riesgos principales", explicó el experto. "Obviamente, la parte que hay que ver es el impacto para estados y municipios, y la implementación del presupuesto de acuerdo a los lineamientos que están presentando", agregó.


El nuevo gobierno, que reemplaza al Partido Revolucionario Institucional (PRI, centro), estima un crecimiento económico de entre el 1,5% y el 2,5% para 2019, con una inflación del 3,4%. El precio de la mezcla mexicana de crudo se ubicó en un promedio de US$55 el barril para 2019, desde los US$62 del año pasado, con una plataforma de producción de 1.847 millones de barriles diarios, muy estables contra los 1.849 millones de barriles esperados para 2018.


El gobierno de López Obrador se propuso alcanzar un superávit primario del 1% en 2019 y mantener estable, el nivel de endeudamiento, una de las preocupaciones de los analistas.


El director general de HR Ratings, Fernando Montes de Oca, dijo que las cifras, en lo general, constituyen un factor de confianza hacia la nueva administración, por dar señales conservadoras y de disciplina fiscal. "En los próximos 12 a 18 meses vamos a estar evaluando cuáles son las políticas y los resultados desde el punto de vista económico", explicó el directivo. "Ya veremos en los primeros meses de 2019 cómo es que se va a ejercer el presupuesto y si realmente, cumplirá con las expectativas", agregó.


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La calificadora Moody's Investors Service resaltó, por su lado, que el presupuesto de US$289.000 millones anticipa un aumento más lento de lo esperado en el gasto, y deja poco margen de maniobra en el caso de una eventualidad por un choque externo.


Por su parte, el jefe de economistas del Grupo Financiero BBVA-Bancomer en México, Carlos Serrano, coincidió en que el paquete económico del nuevo gobierno es "realista", pero sugirió hacer revisiones trimestrales para evaluar sus resultados. Para 2019, BBVA-Bancomer estima un crecimiento económico para México del 2%, muy similar al 1,9% de 2018, aunque con un sesgo a la baja. Serrano dijo que los principales riesgos globales para el país, se encuentran en un crecimiento menos sincronizado de la economía global. Otras contingencias son las eventuales mayores tensiones financieras en los mercados emergentes, así como el proceso de normalización de la política monetaria en Estados Unidos.


Pese a que México seguirá mostrando un crecimiento "inercial" en 2019, el nuevo gobierno de la segunda mayor economía latinoamericana después de Brasil, cuenta con un marco firme para hacer frente a las posibles adversidades externas como internas. "Los fundamentales de la economía mexicana son de los más sólidos en todo el mundo emergente, con la inflación baja y controlada, un banco central independiente, ausencia de vulnerabilidades externas y cuentas fiscales ordenadas", dijo Serrano a Xinhua. "Y una cosa muy importante: el país tiene suficientes reservas internacionales, incluso sin la línea crediticia con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para hacer frente a todas las obligaciones en moneda extranjera en el lapso de un año, lo cual es un problema en otros países", acotó.


Hacia 2019, las manufacturas y el consumo privado continuarán mostrando una evolución positiva, consolidándose como los principales motores del crecimiento económico; mientras que, persistirán las dudas sobre la recuperación de la inversión, por el contexto de incertidumbre con el nuevo gobierno, expresó Serrano.


Actualidad Laboral / Con información de América economía