Cuando leemos acerca de procesos de selección, de lo que buscan los reclutadores en los candidatos y de la retención de talento, es fácil imaginarse que, cuando aplicamos a una oferta de empleo, nuestra candidatura va a pasar un arduo camino en el que será analizada al detalle.

La realidad en cambio es algo distinta. No es que las consultoras de Recursos Humanos no hagan todo ese trabajo, y más, pero es tal el aluvión de currículums y de candidaturas que reciben, que la criba, sobre todo al principio, no se basa tanto en una estudio en profundidad de los currículums, sino que muchas veces basta un elemento detonante para que directamente acabe en la papelera de los descartes.

Muchas veces son detalles nimios que los candidatos desconocen por completo, y que siguen manteniendo en sus currículums sin saber que pueden ser el elemento que está inclinando la balanza hacia un lado y no el otro.

A veces son frases manidas que no aportan nada y otras son datos insustanciales que son inútiles para el reclutador, porque no le dan información que necesita. Cuando uno tiene poca experiencia es lógico que tire de este tipo de recursos porque tiene que “rellenar” el CV, pero también en estos casos hay que saber qué le resulta atractivo a las empresas y qué no (y no necesariamente tiene que ser siempre experiencia laboral).

Tampoco se trata de que empieces a borrar información de tu currículum a diestra y siniestra. Lo que vamos a darte aquí es una lista de cosas que no aportan nada sobre ti y tu perfil profesional y que pueden restarle visibilidad a otros datos que sí son relevantes. Se trata de ponérselo fácil al reclutador.

Vamos a ver esas cosas que sobran de tu currículum en bloques de siete, para que te resulte más fácil:

  • Un objetivo: ya tendrá tiempo el reclutador de preguntarte por qué te interesa la oferta, pero el currículum no es el lugar para hacerlo. Es preferible que uses ese espacio para describirte en 2 líneas con palabras clave relacionadas con tu perfil profesional y tus habilidades.

  • Palabras manidas: cuidado con describirse con las típicas expresiones que muchos usan para describirse y que no aportan nada (buscavidas, resolutivo, independiente, etc).

  • Experiencias de trabajo irrelevante: todos hemos tenidos trabajos, sobre todo al principio, peor cualificados o relacionados con el sector servicios que no tengan relación con lo que buscas ahora. A no ser que ejercieras alguna función útil para el puesto, no las incluyas.

  • Trabajos muy breves: los expertos no aconsejan incluir aquellas experiencias que duraron poco en el tiempo, sobre todo si fueron negativas. Así evitarás dar explicaciones y lanzar un mensaje que te pueda perjudicar.

  • Datos personales: aquí se incluye desde la dirección en la que vives, al DNI, el número de la seguridad social o tu estado civil. Durante la entrevista de trabajo no deben preguntarte por esta información, así que menos sentido tiene incluirla en el CV.

  • Más de un número de teléfono: lo mejor es indicar el del móvil porque es ahí donde te pillarán disponible y con el que podrás registra las llamadas en caso de no poder atenderlas.


También deberías borrar esta información de tu CV si quieres tener más posibilidades en los procesos de selección:

  • Idioma nativo: salvo que estés solicitando un puesto internacional o tu currículum esté en otro idioma, indicar el nivel de tu propio idioma es una reiteración absurda.

  • Detalles que revelan tu edad: este dato puede ser un handicap para según qué puestos (ya sea por juventud o por exceso), así que si no quieres revelarlo antes de tiempo, no indiques la fecha en que te graduaste o las fechas de inicio y final de tus anteriores trabajos (puedes indicar el tiempo que estuviste en cada uno de ellos sin expedí¡cificar).

  • Pronombres personales: Los expertos recomiendan no utilizar los pronombres personales en tu CV. ¿El motivo? Sencillo, se supone que es tu currículum, por lo que todo deberías haberlo hecho tú.

  • Frases en presente que se refieren al pasado: para referirte a experiencias profesionales pasadas usa tiempos verbales en pasado; de lo contrario, generarás confusión al reclutador.

  • Email poco profesional: damos por hecho que a estas alturas contarás con una dirección de correo profesional “seria”; si no es el caso, es hora de cambiarla.

  • Encabezados, pies de página, imágenes y tablas: A pesar de que un encabezado atractivo o una tabla bien hecha pueda resultar un punto positivo en tu CV, hay muchos sistemas informáticos de RRHH que no reconocen bien estos elementos.

  • Experiencia laboral muy extensa: si eres un profesional de cierta edad, suponemos que tendrás una amplia carrera profesional a tus espaldas, imposible de resumir en un folio. Así que no te retrotraigas al principio de los tiempos y, a no ser que hicieras algo muy importante hace años, quédate con lo más reciente.


Si has llegado hasta aquí sin necesidad de haber editado nada, enhorabuena, tienes un currículum con más posibilidades de de ser elegido. Para terminar, comprueba que no aparezca esta información:

  • Redes sociales innecesarias: un link a tu perfil de Linkedin tiene todo el sentido, y si eres un profesional de la comunicación (y la usas activamente), también al de Twitter; las demás (Instagram, Facebook) son completamente innecesarias y de ámbito personal.

  • Jerga empresarial: Muchas empresas utilizan términos específicos para hablar de un determinado proceso o proyecto. En este caso te recomendamos ser genérico y nombrarlo como la mayoría de la gente conoce.

  • Salario: en muchos procesos de selección es habitual que te pregunten en qué horquilla salarial te mueves, y que incluso tengas que negociar tu salario durante la entrevista, pero no es un dato que debas poner en tu CV porque puede malinterpretasrse.

  • Tipografías infantiles o poco profesionales: A menos que seas diseñador gráfico y quieras expresar tu creatividad en algún título, lo idel en todos los casos es emplear una tipografía que se entienda y legible. Los expertos recomiendan usar tipografías estándar Sans Serif (sin serifa, que son esos “rabitos” al final de las letras), como Arial.

  • Opiniones: ya cuentas con poco espacio para contar qué has hecho y logrado en el paseo, como para también opinar al respecto, ya sea sobre ti mismo o sobre el puesto de trabajo. Ya tendrás tiempo de explicarte en la entrevista o de demostrar lo que vales si te seleccionan.

  • Hechos, no palabras: los logros son tremendamente más efectivos que las explicaciones. Si te encargaste del SEO y SEM de un ecommerce, di cuántas visitas lograste o cuánto aumentaron. No generalices, concreta.

  • Errores ortográficos: nada de lo que hemos dicho hasta ahora vale si en tu currículum hay una falta de ortografía. La imagen que transmites es mala, y que no revisas lo que haces. Puede suponer que el CV vaya directo a la basura sin terminar de revisarlo.

  • Demasiada formalidad: no se trata de usar expresiones coloquiales, pero si usas términos demasiado complejos tampoco ayudas a que el reclutador lea tu currículum. Piensa que la persona que lo recibe es un técnico de recursos humanos, no el director ni la persona que luego te va a entrevistar; resérvate el formalismo para ella.


Actualidad Laboral / Con información de TicBeat