18-01-2019

Tenemos la idea ficticia de que los jefes nacieron en la cumbre, pero la gran mayoría empezaron desde lo más bajo. Y eso es lo mejor que les pudo pasar. Se dirigen a su asistente para pedirles cosas del tipo “tráeme un café” o “qué tenemos hoy en la agenda” o “que nadie me moleste”, (obviamente, lo que quiere es observar la ciudad tras el cristal desde su privilegiada Atalaya). Esa es la imagen que tenemos de los jefes y CEO, que se ha construido a base de grandes historias. Pero todo esto forma parte de la ficción.


Si preguntas a los dirigentes de las más famosas 'startups', e incluso de las empresas y marcas más establecidas, descubrirás que casi todos ellos empezaron su carrera desde abajo. Y esta razón, probablemente sea una de las principales razones de su gran éxito. Sin ir más lejos, Ryan Rafols, fundador y CEO de Newchip (la famosa web de inversión), cuenta cómo empezó trabajando duro para hacer crecer su empresa en 'Fast Company'. Él comenzó su negocio desde una oficina en la que también dormía y, cuando al fin pudo tener empleados, no podía dejar de preparar la sala de reuniones con sus propias manos; barriendo los pisos de las oficinas “para mantener el lugar ordenado de cara a la próxima reunión de inversores y, sí, incluso sacando la basura. ¿Cómo es eso para acariciar tu ego?”, comenta Rafols.


Ryan Rafols fundador y CEO Newchip


Una humildad exenta de títulos


Rafols tiene claro que trabajar duro desde los cimientos de una empresa es clave para el desarrollo de la misma. “Lo mejor de haber hecho el ‘trabajo sucio’ es que a medida que crecen y escalan tus equipos, tienes una comprensión fundamental de cada aspecto de lo que se necesita para administrar tu negocio, porque ya lo has hecho todo”, dice.


Por eso, es importante que todos en tu equipo lo sepan. Tienes que estar dispuesto a asumir cualquier tarea, dentro de todo el espectro en la escala laboral de tu empresa. Si demuestras que no hay trabajo que se te resista, sin importar ni mirar niveles, no harás más que inspirar lealtad y tu humildad quedará a flote. Los empleados que te vean contribuir en las pequeñas pero significativas tareas, estarán mucho más dispuestos a hacer lo mismo por sí mismos.


“Un líder fuerte no solo le dice a su equipo cómo trabajar, un líder fuerte modela este comportamiento en todo lo que hace, ya sea una tarea elevada como crear la gran imagen de la compañía o cosas cotidianas como trabajar junto con atención al cliente”, asegura Rafols.


Trabajar duro para detectar los puntos flacos


Para manejar bien el desarrollo y buen funcionamiento de tu proyecto, sobre todo al principio de todo, debes estar presente y agarrar con fuerza cada una de las áreas de tu negocio. Desde allí, podrás observar con detenimiento y hacer que tu empresa crezca tan sana como deseas. Desde allí, podrás reforzar los puntos débiles y suavizar los puntos de fricción.


No se puede construir un negocio sin sudar la gota gorda desde los puntos de trabajo más duros. “Eso es cierto para las empresas de todos los sectores, desde la tecnología hasta la financiación y la propia alimentación”, asegura Rafols. Y añade: “Hacer el trabajo sucio no siempre es divertido, pero puede proporcionarte información muy valiosa y oportunidades de crecimiento personal por el camino. Dirigir una organización exitosa requiere que estés listo para sumergirte y hacer lo que sea necesario, para que tu equipo siga avanzando”.



Actualidad Laboral / Con datos de La Información